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visto y no visto

La resignación española

La resignación convertida en pose parecíale a Custine «el último escalón de la infamia en la que puede caer un pueblo esclavo»

Un puñado de lelos (5/5/2023)

Clases medias (1/5/2023)

Ignacio Ruiz-Quintano

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En la grande polvareda sevillana del rabo de Domingo Hernández se nos ha perdido el alarde callejero de los ultras de Osasuna desfilando en formación junto a la catedral hispalense cantando «¡P… España!» ante la resignación señoritona de los viandantes.

Durante el partido, la ... locución del Ente pasó por alto la pitada a los símbolos nacionales y se centró en lo importante, que es la reeducación guevarista de Vinicius, escaso, dicen, de moderación ante la violencia, la moderación que ha hecho virrey de Blas Infante a Bonilla, cuyo partido ovacionó en el Parlamento (el mismo Parlamento donde en el 85 no dejaron entrar a Reagan «por otanero», es decir –entonces–, «por fascista») al colombiano Petro, amigo de ciscarse en España como en los secuestrados por su guerrilla, con lo que el proverbial centrismo español transita moderadamente del «comunismo o libertad» al «socialismo o muerte» (¿dónde está la contradicción?, era el pitorreo cubano).

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