En la individualidad y la diversidad está la riqueza de la humanidad

Cada persona pensará diferente sobre la existencia, sobre quién es y quién quiere ser. Pensará diferente sobre cómo vivir y convivir, sobre sus deseos y sus sueños, sus propósitos y en cómo realizarlos. También sentirá de manera diferente las emociones, las sensaciones. Sentirá diferente el amor, la felicidad o su vida interior; lo mismo que el dolor, la tristeza o la compasión.

La decodificación de la experiencia y de la educación, traducida en pensamiento, sentimiento y consiguiente actuación individual, es la mayor arma contra la masificación intelectual e íntima de la humanidad.

Sabemos que la individualidad con sus características ha resistido y afortunadamente sigue resistiendo íntimamente y, en algunos casos, públicamente desafiando a los regímenes autocráticos y dictatoriales que hacen de todo para aplastar pensamientos y sentimientos individuales convirtiéndolos en uno solo, coactivo.

También sabemos que la tecnología acerca a las culturas y promueve de cualquier manera, voluntariamente o no, pensamientos, sentimientos y comportamientos comunes. No obstante, difícilmente puede anular la individualidad y la unicidad del ser humano.

Al mismo tiempo, la tecnología es positiva cuando, siendo global, supera las fronteras de los Estados y también los de los autócratas; rompe sus pensamientos únicos y favorece la difusión de informaciones que sí necesitan ser averiguadas, pero son fuentes de opiniones individuales.

Confío en que la inteligencia artificial no podrá hacerse con la humanidad gracias a los pensamientos, a los sentimientos y a las decisiones que seguirán siendo individuales.

Ser liberal y ejercer el libre albedrío es la esencia del ser humano y cualquier tentativo de masificación es una negación del concepto de pensamiento y sentimiento que no puede ser individual.

Las comunidades o los Estados para ser realmente democráticos, deben promover valores y leyes, para una adecuada convivencia civil y económica. Deben asegurar la paridad de derechos y de oportunidades para todos, y deben fortalecer la libertad individual de pensamiento, de sentimiento y de iniciativa porque es la mejor herramienta de crecimiento y progreso de la humanidad.

La individualidad y la diversidad hacen rica la humanidad y son su motor. Todos los tentativos de pensamientos y sentimientos únicos atentan a la esencia humana.