editorial
La sospecha se extiende
Que varios diputados del PSOE acudieran en grupo a una cena con los protagonistas de una red de corrupción es motivo suficiente para exigir responsabilidades políticas
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Iniciar sesiónLas consecuencias del caso Mediador afectan ya al Partido Socialista en su conjunto. El dique de contención que se intentó construir a través de la expulsión del exdiputado Fuentes Curbelo comienza a hacer agua y la información revelada y la que resta por publicar puede ... comprometer severamente a Ferraz y a la dirección del Grupo Parlamentario. Anteayer, en una rueda de prensa que frisó la extravagancia, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, señaló que hasta la fecha no había tenido constancia de actitudes o comportamientos deshonestos por parte de sus diputados. Además de responder con un intolerable «qué más te da» a un periodista de ABC, el diputado socialista señaló que en el caso de que se tenga conocimiento de conductas no honestas se actuaría con diligencia, un mantra que fue repetido después en medios de comunicación. La información que ya es de dominio público es incompatible con el desconocimiento invocado por el portavoz socialista por lo que, siguiendo sus propias palabras, el momento de exigir y depurar nuevas responsabilidades ha llegado.
Existen evidencias de audio en el sumario del caso que prueban que Navarro Tacoronte envió una nota de voz en la que se negocia una cena en el restaurante Ramsés y, precisa literalmente, «mesa para quince personas. Solo personas del Partido Socialista». Dijo verdad Patxi López cuando afirmó «una cosa es ir a una cena y otra corromperse». Sin embargo, si esa cena se celebra en un restaurante de lujo, es convocada por un empresario implicado en una trama de corrupción, y si al ágape acude coordinadamente un nutrido grupo de parlamentarios del PSOE, la aparente neutralidad con la que se intenta minimizar la gravedad de este encuentro termina resultando asimismo dolosa. No solo más de una decena de diputados podrían haber acudido a la cena organizada por el 'Tito Berni', Marco Antonio Navarro Tacoronte y el empresario Antonio Bautista en un reservado de Ramses. Según se recoge en la nota de voz, parte de la cena habría sido sufragada por el propio empresario implicado en la trama corrupta, lo que claramente haría incompatible aquella francachela con la ejemplaridad debida en unos representantes públicos.
Que miembros electos de las Cortes Generales puedan compartir mesa y mantel con personas implicadas en un caso como este es, en sí mismo, un desdoro para las instituciones. Pero que una colección de diputados socialistas acuda al unísono a una convocatoria tan insólita como la organizada por el 'Tito Berni' y que incluso puedan haberse visto beneficiados por el pago total o parcial de su cubierto es algo más que una irreparable falta de ética pública. El caso Mediador ha dejado de ser un caso aislado y personal de Fuentes Curbelo para acabar extendiendo una sombra de fundada sospecha sobre el PSOE. Si existiera una verdadera voluntad de transparencia, el nombre de los diputados que han llevado a cabo una conducta tan dudosa debería hacerse público de forma inmediata. Asimismo, desde Ferraz debería existir una respuesta firme en relación con la preocupante información que llega desde Canarias y que demuestra un descontrol territorial del partido y del Grupo parlamentario, cuando no una culpa 'in vigilando'. Dadas las circunstancias, intentar ocultar información que puede ser relevante o entorpecer cualquier investigación que pudiera redundar en el desvelamiento de conductas ilícitas no haría sino agudizar la crisis reputacional en la que la que comienza a sumirse el Partido Socialista.
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