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Editorial

Sánchez expropia el Estado

Dijo el presidente que gobernaría con o sin el apoyo del Parlamento y lo está aplicando a rajatabla, incluyendo lo de poner en boca del Congreso lo que nunca dijo ni quiso decir

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Hay una pauta de conducta que une determinadas reacciones del Gobierno y, en particular, de su presidente, Pedro Sánchez, cuando alguna decisión, opinión o acontecimiento los molesta: descalificar a la persona y abusar de una institución del Estado. El último episodio podría considerarse anecdótico, ... pero no lo es. Después de varios años de propuestas, informes y anteproyectos, el Gobierno por fin pudo ver aprobada la ley de eficiencia procesal del servicio público de Justicia, publicada por el Boletín Oficial del Estado en enero pasado. Es la llamada 'ley Bolaños', una norma de acarreo de decenas de reformas, algunas acertadas, otras carentes de sentido, con mala estructura y peor sintaxis. Fue hecha al mandato y capricho del PSOE y sus aliados, por trámite de urgencia, a pesar de sus graves reformas judiciales, excluyendo el principal contenido que la justificaba, la regulación de las acciones colectivas en defensa de los consumidores. Aun así, pese a no dar margen a la oposición y a sus enmiendas, a la semana de su publicación el BOE anunció una rectificación de errores, que no es tal, sino una auténtica adición al texto legislativo remitido por el Congreso de los Diputados. Podrá decirse que la cuestión añadida –la modificación de un anexo en la norma que regula la retribución de jueces y fiscales– es menor, pero lo relevante es el concepto, más que la materia. Es la actitud abusiva de utilizar la vía de la rectificación de errores para modificar un acto legislativo, porque lo que se 'rectifica' no es un error material ni una omisión evidente, sino un olvido, una laguna o como quiera llamarse, del poder legislativo sobre esa cuestión. La solución no es la trampa, sino la ley, es decir, aprobar, con la urgencia que sea precisa, una reforma, como la propuesta por el Grupo Popular del Senado. Dijo Sánchez que gobernaría con o sin el apoyo del Parlamento y lo está aplicando a rajatabla, incluyendo lo de poner en boca del Congreso de los Diputados lo que nunca dijo ni quiso decir.

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