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El esperpento británico

La causa inmediata fue la presentación de unas cuentas públicas poco creíbles, pero en realidad la exprimera ministra es el último capítulo de una crisis que se inició con el Brexit

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Liz Truss ya es la primera ministra que menos ha durado en el cargo en el Reino Unido: 45 días. Un hito que enmarca perfectamente el esperpento en que se ha convertido la política británica de mano de los conservadores desde que David Cameron aceptó ... irresponsablemente realizar el referéndum donde triunfó el Bréxit en 2016. Truss se presentó ante la militancia 'tory' como una Margaret Thatcher rediviva, lo que le dio la victoria ante Rishi Sunak, pero la convirtió en víctima de su propia impostura cuando los mercados internacionales interpretaron que a su plan presupuestario le sobraba gasto público y le faltaban ingresos privados. Porque no es verdad que Truss haya caído sólo por bajar los impuestos. Ha caído por presentar unas cuentas que no cuadraban ya que prometían una rebaja impositiva de 43.000 millones de libras y un aumento del gasto para limitar la subida del recibo de la luz de los ciudadanos cuyo cálculo nunca dio a conocer, pero que se estimaba en 150.000 millones de libras. Era la receta perfecta para disparar el endeudamiento público denominado en una divisa –la libra– que ya no tiene la prestancia del pasado. Por eso el mercado dijo basta. Así que la caída de Truss es una severa advertencia para los gobiernos que están fuertemente endeudados y presentan cuentas públicas poco creíbles.

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