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EDITORIAL

11-M, los ecos de la tragedia

La sociedad española ha de asumir su obligación de recuperar el sentido de la unidad como nación y de reprochar las políticas de división y confrontación

Editorial ABC

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Una observación responsable y objetiva de la situación actual en España constataría que la división política que vive actualmente tiene su origen, en gran medida, en la fractura social provocada por el uso partidista de los atentados del 11-M. Veinte años después, asoma el ... reflujo de una interpretación oportunista de aquella masacre terrorista y no faltan quienes sucumben a la tentación de lanzar de nuevo sobre el PP la responsabilidad de los 193 asesinados por las células yihadistas que colocaron los explosivos en los trenes. El 11-M fraguó una polarización social, política y periodística que aún se mantiene viva bajo otras formas, porque fue la trágica oportunidad que aprovechó la izquierda española para inaugurar unas tácticas políticas muy visibles en la actualidad. La demonización de la derecha, la siembra de discordia entre la víctimas y el blanqueamiento de los terroristas de ETA por comparación con los yihadistas hallan su reflejo vivo en los fundamentos del actual gobierno de coalición y sus pactos con separatistas.

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