editorial
Otro desdoro a un viaje del Rey
Si la agenda de catorce ministros está libre en plena mañana laboral para acudir a presentar el libro de Sánchez, debe estarlo también para acompañar a Don Felipe en actos institucionales
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Iniciar sesiónPor segunda vez en apenas tres semanas, ningún ministro ha acompañado a Su Majestad el Rey a un acto institucional, en este caso, un desplazamiento a Kuwait para transmitir el pesar, en nombre de España, por el fallecimiento del emir Nawaf al Ahmed al Sahbah ... a los 86 años de edad. Tampoco le acompañaron ni el presidente del Gobierno ni ningún otro miembro del gabinete a la reciente toma de posesión de Javier Milei en Buenos Aires, hace una semana, lo que contrasta con la doble representación que sí fue enviada a la toma de posesión de Gabriel Boric en Santiago de Chile en marzo de 2022, cuando acompañaron al Rey la vicepresidenta Yolanda Díaz, la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, y el presidente del Senado, Ander Gil, quien sustituyó a última hora al propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, porque debió asistir a una reunión urgente por la guerra de Ucrania. Y, desde luego, contrasta también con la cifra de ministros, hasta catorce, que acompañaron a Pedro Sánchez durante la presentación de su segundo libro, ‘Tierra firme’, justo al día siguiente de la toma de posesión de Milei.
El hecho de que sea un subsecretario de Asuntos Exteriores, Luis Cuesta, quien haya viajado con Don Felipe a Kuwait, demuestra que lo que está ocurriendo es una anomalía. Es cierto que en el pasado, e incluso con gobiernos del PP, no siempre un ministro, como mínimo el llamado ‘ministro de jornada’, ha acompañado al Rey a actos oficiales. Pero han sido excepciones contadas, y en este caso de ahora lo que parece es que ha empezado a instaurarse un sospechoso patrón por parte del Gobierno de Pedro Sánchez en las últimas semanas. De prolongarse en el tiempo esta clase de desplantes institucionales a la Casa Real, el jefe del Ejecutivo debería dar explicaciones en el Congreso de los Diputados.
Legalmente puede llegar a ser discutible la interpretación jurídica sobre el alcance real del artículo 64 de la Constitución, que establece que «los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes». Y un subsecretario o un secretario de Estado como el que acudió a Argentina con él, no tienen la condición ni de presidente ni de ministro. Pero si bien es dudoso que un secretario de Estado sea miembro del Gobierno a los efectos de aplicación de las normas vigentes para estos supuestos, no cabe duda de que desde un punto de vista institucional, e incluso estético, es un error. Demuestra un desdoro del Gobierno hacia la Jefatura del Estado, e incluso una irregularidad jurídica.
Si la agenda de catorce ministros de Sánchez está libre en plena mañana laboral de lunes para acudir a la presentación de su libro –retransmitida por cierto desde la página oficial de La Moncloa–, debe estarlo también para viajar a Buenos Aires, guste Javier Milei a los ministros o no les guste. No es una cuestión de libre elección (Boric, sí; Gustavo Petro, también, Milei, no…), ni tampoco de exclusión por meras cuestiones ideológicas. Es una cuestión de representación institucional, de respeto a las formas de la diplomacia y a la política exterior española y, por supuesto, de reafirmación legal y refrendo a las actividades del Rey. Así lo establece la normativa en vigor, y no es una decisión caprichosamente optativa para los ministros por simpatías o antipatías, porque entonces el mensaje que se transmite a la opinión pública española es despectivo hacia nuestro sistema de monarquía parlamentaria.
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