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la defensora del lector

Subir el nivel

El periódico es coherente reclamando el papel que las buenas maneras y la buena educación tienen en la vida política y social. No tendría sentido otra postura en ABC

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Defensora del lector Charo Sádaba

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La crisis diplomática abierta con Argentina tras las alusiones de Milei a la esposa de Pedro Sánchez en su visita a Madrid sigue generando todo tipo de reacciones. La polarización se hace patente en este asunto, y es difícil encontrar una posición que reconozca sus múltiples aristas sin ser acusada de tibieza.

Esto es lo que ha pasado con el editorial del periódico sobre este tema, en el que se lamentaba que «Milei sólo consigue engordar el victimismo del sanchismo». El texto afirmaba que «ni la crítica despectiva previa de Sánchez ni vejaciones anteriores del ministro Puente al presidente de Argentina justifican el tono insultante empleado ayer por Javier Milei contra el presidente del Gobierno de España y su esposa».

Entre los comentarios de los lectores de la versión digital del periódico, la reacción más común a este texto ha sido la de decepción y disgusto. «Discrepo en su totalidad con este artículo de ABC», dice uno de los comentarios. Otro lector abunda: «Bastante decepcionante este artículo. Están ustedes con tanto miedo a que les tachen de fachosfera, que no saben analizar la situación».

Con una argumentación más tranquila, otro lector no entiende «tanta defensa al Gobierno que tenemos y menos por este medio. Parece que los insultos proferidos por Puente deben ser silenciados. Al Gobierno no se le ha atacado, solo se ha expuesto y comentado todos sus desmanes y fechorías que hace y seguirá haciendo, pero la prensa no lo frena. Reflexionen».

Otras opiniones han sido menos tajantes: «Vaya editorial, lo puedo entender, no lo comparto», mientras que otro lector reconocía que, si bien «este medio no ha silenciado los insultos a Milei, quizá no le ha dado la importancia debida».

Ese mismo día, desde su Sala de Máquinas, el director reforzaba la posición del periódico: «En democracia las formas también son importantes (…) replicar las maneras de esa izquierda ultramontana provoca una impresionante movilización contra la derecha, abusando de estereotipos históricos».

El diario ha sido muy crítico con el ministro Puente, y también con las maneras despectivas del presidente Sánchez, mencionadas expresamente en el editorial, que pone el foco en cómo las formas de Milei hacen un flaco favor a las posiciones políticas conservadoras. Parece que recriminar a Milei supone reforzar a Sánchez o al ministro pese a criticar también sus formas.

Como señala Jordi Rodríguez Virgili, profesor titular de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y especialista en comunicación política, «la polarización exige más posicionamiento que razonamiento, importa más quién dice qué en lugar de qué se dice», y esto debilita las posiciones ideológicas y genera trincheras alrededor de personas. Además, Rodríguez Virgili añade que «el insulto afecta a la credibilidad, ya que contamina el mensaje y lo hace menos eficaz», lo que explica que se «produzca la fatiga democrática y mediática» que genera desinterés en los ciudadanos que solo perciben ruido.

Entre los comentarios de los lectores también puede leerse: «Comprensible y necesario el editorial. Tradición y seriedad periodística deben preservarse. Fue un ataque personal y privado, no se refirió ni a España ni a la democracia española». En este sentido, el director apunta que «el periódico tiene una responsabilidad superior y más exigente que la que se le puede pedir a un lector» y que «no pasa nada por que discrepe en algunos temas de un sector de sus lectores, a veces también tiene la obligación de incomodar y educar».

En estos meses han sido muchas las ocasiones en las que he reclamado el cuidado de las formas en todas sus dimensiones como una manifestación de respeto a los lectores. Pienso que, en este caso, el periódico es coherente reclamando el papel que las buenas maneras y la buena educación tienen en la vida política y social. No tendría sentido otra postura en un periódico como ABC.

El diario debe ser consciente de que la polarización acecha tras cada declaración y cada frase, y no arredrarse a la hora de defender lo que le define, que es lo que buscan los lectores. Evitar centrarse en exceso en las personas y prestar más atención a los argumentos utilizados, puede contribuir a que la información sea más respetuosa y útil, y ayude a eleva el tono de la conversación sobre lo que nos atañe a todos.

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