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sin punto y pelota

Pues seré islamófoba

Qué menos que solidarizarnos con las que desafían a una dictadura atroz que castiga a las mujeres libres. ¿Eso no es violencia de género?

Berta González de Vega

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Masih Alinejad es una chica iraní, de pelo alborotado y libre, que es la voz en el extranjero de la oposición al régimen de los ayatolás. En la entrevista de hace unos días con Bill Maher –de esos presentadores elegantes, rápidos, mordaces y divertidos que ... no existen en España–, éste le pregunta las razones por las que los progres más idiotas no condenan horrorizados la represión en Irán. Es entonces cuando ambos hablan sobre la palabra maldita que lleva a muchos a indignarse por los micromachismos occidentales y a no pronunciar ni una frase sobre la lucha feminista más épica. Ya saben, el miedo a que te llamen islamófoba. Mientras, chicas adolescentes se están jugando la vida gritando «Mujer, vida, libertad», quitándose el velo, llorando a Masha Amini, muerta en un calabozo o de Nika Sakarami, rapera de 17 años, reencontrada después de varios días en paradero desconocido en una morgue. Pero en Europa la batalla va de ser capaz de regatear ese hecho con tal de que nadie te señale como enemigo del Islam, porque somos inclusivos. Incluso con los más machistas, siempre que sigan la lectura extrema del Corán.

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