bala perdida

El susto del clima

El cambio del clima es un riesgo seguro. Lo diga Krugman, el imprudente, o no lo diga

Discoteca entre caballos (28/6/23)

España de 'spot' (24/6/23)

28/06/2023 a las 18:57h.

Está de tránsito en la patria de Abel Caballero el ilustrísimo Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, que a ratos se suelta la barba, en su blog, o en una conferencia, y nos mete a todos el sustazo en el cuerpo. Como Krugman no ... es un enteradillo de gestoría sino un famoso planetario de su ramo, resulta que su prosa es un pavor, o un contento. Eso, según el día. Ahora ha contado que será posible remontar la postpandemia sin un coste demasiado severo, aunque para ese pronóstico tampoco hace falta ser premio Nobel. Y ha arriesgado, además, que el futuro del mundo no mira a la pandemia sino al cambio climático. Este vaticinio les dará igual a algunos iluminados de Vox, a los que el clima veleidoso sólo les ocupa para cambiar de gorro, pero a otras gentes, como yo, no tanto. Algunos somos así de sensibles. En cuanto escucho a un economista de vitola me preocupo, porque siempre entiendo que está hablando de mis cuatro arañados euros de tesorería. Krugman, en el pasado, vislumbró un 'corralito', y otros sabios de lo suyo le aconsejaron 'prudencia'. Y Krugman siguió en su discurso, que acertó poco, o nada. Lo que pasa es que Krugman es de la raza de los imprudentes, más bien, porque practica el riesgo del periodismo. Y ahí quería yo llegar. Si levantas una tarde la voz con la palabra 'corralito' lo mismo te sube de golpe la audiencia de seguidores, porque enseguida se incendia el miedo en la afición. Quiero decir que un Premio Nobel no es un 'best-seller', pero lo mismo sí, si va, lo piensa, y se pone a meternos en el cuerpo la inquietud de que mañana nos dejen la cuenta corriente en el puro hueso. Krugman, que es listo de premio, sabe que el miedo, o el pavor, tiene muchos lectores. El euro no se colapsó, según su videncia del pasado, pero es probable que su blog sí. Nos vendió un corralito, pero a lo mejor estaba vendiendo libros. Ahora, no. Porque el cambio del clima es un riesgo seguro. Lo diga Krugman, el imprudente, o no lo diga. Que sí lo dice, desde Vigo, donde no todo es una Navidad del verano del led.