el batallón
'Sanchettes' e 'Illettes'
Qué entrega la de estas vicetiples y estos boys, qué entusiasmo en su ceguera analítica pues se afanan en descubrir paraísos perdidos y atropelladamente rescatados
Una gran familia
Trump y Putin, almas gemelas
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Iniciar sesiónPrimero fueron los indultos, seguidamente la supresión de la sedición en el Código Penal y la rebaja de la malversación a un tipo penal del que roba una gallina. Más tarde, y sin solución de continuidad con la que respirara un poco el asombro, fueron ... el catalán en el Congreso y la ley de amnistía, el traspaso de las Cercanías (que allí las llaman Rodalies), el zipizape de la «financiación singular» para la Generalitat, la promesa de una quita de la descomunal deuda catalana (y el endose de la misma lógicamente en todo el Estado) y finalmente la cesión de la política migratoria en la región, con la supervisión de quién entra o quién sale del territorio regional con la que Cataluña adquiere finalmente un estatus similar al de cualquier Estado.
Esta es la ominosa senda que ha llevado a la «gran normalización de Cataluña», que tanto suliveya y que ha seducido enloquecidamente a los fans de Sánchez e Illa, las y los célebres 'sanchettes' e 'illettes', que son quienes hacen los coros –«duduá, duaduá, duduá»– a uno y a otro desde el fondo del escenario. Qué entrega la de estas vicetiples y estos boys de revista, qué entusiasmo en su ceguera política pues se afanan en descubrir paraísos perdidos y atropelladamente rescatados, donde las palmeras son de plástico, los ríos de miel que en realidad son de acíbar y las verdes praderas resultan un trampantojo embustero. Porque todo se decide en Waterloo o en Ginebra con un prófugo de la Justicia o en Barcelona con los restos del 'gang' que intentó dar un golpe de Estado. Ambos grupos 'indepes' tienen agarrados por salva sea la parte a estos presuntos 'príncipes de la paz', que así empezó Manolito Godoy y terminó como terminó, siendo carne de vilipendio.
Sería para nota si cediendo punto por punto a todas las exigencias con las que Junts y ERC coaccionan a Sánchez y a Illa, continuaran los sabotajes callejeros de los siniestros CDR y la desobediencia política y civil que tanto se parecía a una insurrección. ¿Recuerdan al mosso recordándole al bombero forestal separatista que «¡la república no existe, idiota!»? Bueno, pues ahora, y después de tanto trágala, Cataluña va teniendo apresto de Estado fundacional. Cabe recordar que toda la algarada 'indepe' comenzó cuando Mariano Rajoy se negó a darle a Artur Mas el cupo que ahora el forajido le ha exigido a Sánchez.
Ya, ya... ya sabemos que no hay contenedores ardiendo delante de la comisaría de Vía Layetana, entre otras cosas porque se ha conseguido «resignificar» como una especie de ergástula de tortura en cumplimiento del nuevo relato armado respecto al edificio. Pero qué peor imagen la de veintitantos ministros del Reino de España humillados, levantándose de la mesa del Consejo a la espera de que desde el extranjero un prófugo de la Justicia les haga llegar un papel con el texto de un real decreto a aprobar.
Lo próximo, ya lo verán, el referéndum. Y las 'sanchettes' y los 'illetes' seguirá cantando «duduá, duduá, duduá».
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