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Una trayectoria ejemplar

LA muerte de Sabino Fernández Campo ha causado una lógica conmoción en la sociedad española, que despide con tristeza y con respeto a uno de los protagonistas de nuestra historia reciente. En efecto, este ilustre asturiano deja una huella profunda de lealtad a la Corona ... y de trabajo incansable al servicio de los valores que han hecho posible el arraigo de una Monarquía de todos y para todos como centro y eje de la Transición democrática. No es lícito buscar matices o dobles sentidos en determinadas opiniones expresadas en los últimos tiempos, porque lo que cuenta a la hora del balance es la trayectoria ejemplar a lo largo de toda una vida. A sus 91 años, el conde de Latores gozaba del aprecio y el reconocimiento unánime de todos aquellos que han dejado lo mejor de sí mismos en un proyecto de dimensión histórica para situar a España en el lugar que le corresponde en Europa y en el mundo. Durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, celebrada el pasado viernes en el teatro Campoamor de Oviedo, Don Felipe se refirió expresamente en su discurso a la figura de este colaborador excepcional, cuya mención mereció el aplauso unánime de los asistentes al acto. Cabe recordar al respecto que Fernández Campo tuvo un papel determinante en la creación de estos premios, que alcanzarán el próximo año su trigésima edición y que ofrecen una imagen brillante de la España contemporánea. Siempre unido a su ciudad natal, Oviedo es también el lugar en el que reposen los restos mortales de esta personalidad excepcional.

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