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Si Emilio fuera Emilia no lo tendría negro en la UIMP

De mil colores habían sido las excusas del sanchismo para enchufar a amiguetes en organismos e instituciones, pero ninguna tan irrebatible como el género

Álvaro Martínez

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El «Gobierno de expertos» que preside Sánchez va a echar al rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo porque no es mujer. Tres años antes de que termine el mandato para el que fue elegido, Pedro Duque quiere poner en la calle al profesor Emilio ... Lora-Tamayo por razones meramente biológicas: nació hombre y eso a estas alturas tiene difícil arreglo y aplasta su currículum imponente o el hecho de que haya dirigido antes el centro de investigación más importante de España, el CSIC. El ministró astronauta -el que dice que crea sociedades patrimoniales con su señora para terminar pagando más impuestos- no se ha molestado en afearle el programa académico de la institución o en criticar los cursos de verano, o los másteres y posgrados que se imparten o, qué sé yo, el pincho de tortilla de la cafetería... algo que haya ocurrido en la universidad, por estúpido o irrelevante que fuese. No, para qué. Ha mandado a la secretaria de Estado de Universidades vestida de relaciones públicas del tanatorio a decirle a Lora-Tamayo que lo siente mucho pero tiene que dimitir porque ha de ser una mujer quien ocupe el rectorado «ya que es la política del Gobierno». De hecho, Duque parece que está en la Luna en todo este asunto y el cese pinta más en la órbita de Carmen Calvo, que se encarga del igualitarismo en el otrora «Gobierno bonito», hoy convertido en un desguace de sectarismo y mala gestión.

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