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Una raya en el agua

Rescatar a Podemos

Sánchez necesita que no se desplome Podemos. El problema es cómo rescatar a Iglesias de sus propios tropiezos

Ignacio Camacho

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Del cuartel de campaña del PSOE, que está en Moncloa desde junio del año pasado, ha salido la consigna de rescatar a Podemos, cuya estabilidad relativa es condición sine qua non para la continuidad de Sánchez en el Gobierno. Los socialistas van a captar un ... millón de antiguos votos de Pablo Iglesias, quizá un millón y medio, pero necesitan que los morados aguanten con tres millones al menos para que puedan servirles de costaleros. El problema es que ese rescate implica salvar a Iglesias de sí mismo, de sus contradicciones y excesos, del chalé de La Navata, de las purgas de sus rivales internos, de su tendencia hiperventilada a inspirar miedo. A tal efecto, la maquinaria mediática de la izquierda se ha puesto a la tarea de blanquear sus tropiezos presentándolo como víctima de la Stasi de Villarejo, último sostén de la teoría de la conspiración, de la trama corrupta de políticos, periodistas y banqueros. La mafia policial, las cloacas del Estado y todo eso. El espionaje, que en este caso resulta muy probable que sea cierto, siempre funciona bien como argumento; entretiene al personal con un relato truculento y goza de la ventaja añadida de que permite al sanchismo continuar manteniendo su estrategia de ocupación impostada del espacio de centro. Si la cosa va bien, el presidente sacará a su aliado de las alcantarillas y lo sentará en una vicepresidencia o en algún ministerio.

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