No puede quedar impune

Basta de mentiras. Dejen de contarme que los Mozos son una fuerza de seguridad del Estado. En esta hora tan difícil han demostrado que no estaban dispuestos a colaborar en nada de lo que les habían encargado las autoridades judiciales. Se han limitado a contemplar cómo se abrían los supuestos colegios electorales, se hacía cola ante ellos, y en muchos casos de los centros a los que acudían la Policía o la Guardia Civil han dificultado su acción antes que ayudar a resolver la situación. Su objetivo era el contrario porque con su ayuda la victoria del Estado de derecho hubiera sido contundente. Y había que impedirlo a cualquier precio.

El orden constitucional se ha impuesto hoy en Cataluña. Barcelona ha vivido un día de absoluta normalidad. Esta tarde las terrazas estaban llenas, ya fuera en la Rambla de Cataluña o en la Plaza de la Revolución de Septiembre de 1968. La violencia que han desatado quienes se han enfrentado a las fuerzas del orden y las han agredido esta mañana no había generado, a la hora de escribir estas líneas, sobre las 21,00 ninguna otra reacción de desorden o altercados relevantes.

La cuestión ahora es que una vez que se ha abortado un referendo ilegal sin un muerto -y por la violencia de los secesionistas, podría haberlo habido, créanme- la violación del Estado de derecho no puede quedar impune. A lo largo de todo el día he hablado con muchos catalanes que me decían que lo que estaba sucediendo les era ajeno. Ahora necesitan saber que los que estaban violando la ley van a pagar por ello. Sin componendas. Insistamos una vez más: aquí se ha dado un golpe de Estado, y si eso no tiene consecuencias penales, otros vendrán con afán de repetir la hazaña.