Suscribete a
ABC Premium

Carlos Herrera

La memoria de Valderas

Diego Valderas es lo menos sectario que se despacha en la izquierda patria

CARLOS HERRERA

No es un mal tipo. Ni siquiera es un sectario. Es un gestor de cercanías. Es decir: si yo fuera habitante de Bollullos Par del Condado, provincia de Huelva, es probable que le hubiera votado como alcalde. Tiene un trato exquisito, además de un notable ... sentido común. Como lo tenía Manolo Cárdenas, también de IU, al frente del ayuntamiento de Trebujena, primer pueblo de la provincia de Cádiz según se va desde Sevilla. Cárdenas, comunista de viejo cuño, entendió que el progreso de su pueblo, inmerso en una nada de la nada, dependía, entre otras cosas, de la creación de campos de golf en la inmensa llanura que le separaba de las marismas del Guadalquivir. Eso para los sectarios de la izquierda dogmática era poco menos que merecedor de una excomunión política. Los que tienen que sacar adelante los pueblos que gobiernan buscan aquello que no les garantiza el simple dogma de las ideologías: no pudo hacerlo y fue relevado para otras funciones. Manolito Cárdenas, de quien me honro ser amigo, que ha hecho por su pueblo más que cualquiera de los cuentistas que escriben panfletos de ejecutoria progresista, es hoy un cargo indeterminado de la Diputación gaditana. La verdad sea dicha, no sé a qué se dedica, pero ya lo hubiera querido yo de alcalde en mi Sanlúcar de Barrameda, siempre de vaivén en vaivén.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia