Tribuna abierta
El mejor sistema electoral
«El sistema proporcional es más representativo y da un trato más justo a los partidos minoritarios y a los candidatos independientes»
William Chislett
Los españoles se quejan con razón de que han tenido cuatro elecciones generales en los últimos cuatro años, un récord, tratándose de un país de la Unión Europea, porque los políticos han sido incapaces de formar un gobierno estable. Los británicos, por su parte, están ... igualmente hartos de sus representantes, aunque por motivos muy diferentes (Brexit). En ambos casos, parte del problema reside en los respectivos sistemas electorales. Reino Unido aplica la representación directa, a veces resumida como «quien gana se lo lleva todo». En ella, el candidato que recibe más votos (pero no necesariamente la mayoría), ya sea en circunscripciones uninominales o plurinominales, es el elegido. Desde 1945, este sistema ha proporcionado a Gran Bretaña gobiernos estables en los que, por lo general, tanto los conservadores como los laboristas han agotado los cinco años de legislatura. La tendencia se interrumpió en 2017, cuando Theresa May convocó elecciones anticipadas con la esperanza de obtener una mayoría más amplia (cosa que no ocurrió), y con la llamada de Boris Johnson a las urnas para el 12 de diciembre.
La representación directa se aplica más o menos en uno de cada tres países. El caso más conocido es el de Estados Unidos. Como los diputados sirven a la circunscripción en la que han hecho campaña, suelen ser más propensos a ocuparse de los asuntos importantes para esa comunidad. Los partidos más grandes con apoyos más concentrados desde el punto de vista geográfico obtienen un número de escaños desproporcionadamente alto, mientas que las formaciones menores con votantes distribuidos de manera más uniforme se quedan con una porción desproporcionadamente pequeña.
La Sociedad para la Reforma Electoral de Reino Unido sostiene que el sistema vigente en el país es «malo para los votantes, malo para el Gobierno y malo para la democracia». A cambio del apoyo de los Liberales Demócratas a un gobierno de coalición, en 2011 David Cameron accedió a convocar un referéndum sobre el llamado sistema de voto alternativo, que no es una forma de representación proporcional y está pensado para resolver el problema del fraccionamiento del voto. La opción fue rechazada por el 67 por ciento de los participantes en la consulta.
España aplica el sistema d’Hondt de representación proporcional, que también ha posibilitado gobiernos estables, con alternancia en el poder del Partido Socialista y el Partido Popular y los cuatro años de legislatura agotados en la mayoría de los casos, hasta 2015, cuando el sistema político se fragmentó con la entrada en el Parlamento de dos nuevas fuerzas, Podemos y Ciudadanos, y más tarde de Vox.
El sistema proporcional es más representativo del electorado y da un trato más justo a los partidos minoritarios y a los candidatos independientes; anima a la gente a votar y reduce la apatía; rara vez otorga la mayoría absoluta a un solo partido, y con frecuencia resulta en consensos más amplios en la toma de decisiones políticas. Sin embargo, España ha tenido gobiernos de mayoría monocolor gracias en parte al pequeño tamaño de muchas provincias, en las que normalmente solo compiten los partidos más grandes.
Los inconvenientes del sistema proporcional consisten en que facilita que los partidos extremistas obtengan representación, puede provocar una situación de bloqueo político (como ha ocurrido en España) y favorece compromisos y coaliciones que no siempre son la decisión más acertada cuando lo que hace falta es un gobierno fuerte en mayoría que impulse las reformas que el país (como España actualmente) necesita.
Así pues, ¿cuál es el sistema mejor, la representación directa o la proporcional? A medida que en la política nacional entran más partidos -tres en España en los últimos cuatro años, y en Reino Unido en particular una nueva formación, el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP)/Partido del Brexit-, parece que el sistema proporcional es más justo a la hora de elegir a los miembros del Parlamento. En las elecciones de 2015, el UKIP, precursor del Partido del Brexit, obtuvo 3,9 millones de votos y tan solo un diputado, mientras que los Liberales Demócratas, con 2,4 millones de votos, lograron ocho, el mismo número que el Partido Unionista Democrático, que solo presenta candidatos en Irlanda del Norte, con 184.260 sufragios.
En las últimas elecciones españolas, EH Bildu consiguió cinco escaños, con 276.519 votos, mientras que los anticapitalistas de la CUP, otra formación en el extremo del espectro político, se hicieron con dos con tan solo 31.765 votos menos. Dieciséis partidos están representados en el nuevo Congreso (nueve tiene escaños en el último Parlamento británico).
A España le vendría bien una dosis de representación directa que le facilitase un gobierno estable, mientras que a Reino Unido le convendría una de proporcionalidad que llevase al Parlamento a fuerzas políticas que cuentan con un apoyo considerable pero rara vez salen ganando. Ningún sistema es perfecto.
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William Chislett es investigador sénior asociado del Real Instituto Elcano
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