Más participación, más incertidumbre

Sin embargo, se trata de los primeros comicios en democracia en que concurren hasta cinco partidos con capacidad de conformar nutridos grupos parlamentarios. Es cierto que la fragmentación de la derecha puede penalizarla en número de escaños, de modo que alcance más porcentaje total de voto y, a la vez, menos escaños, que la izquierda. Pero también lo es que la derecha electoral se siente especialmente motivada en esta ocasión por el indudable auge del voto emocional que Vox espera, y que Sánchez acabó la campaña naufragando en los dos debates electorales, sembrando de temores a su propio partido, y aventando de nuevo el temor a que la izquierda pierda el poder.

A ciegas resulta imposible predecir qué significado tendrá este aumento de la participación. Puede tratarse simplemente de un adelanto en las costumbres de muchos millones de españoles para descansar durante la tarde de un domingo casi veraniego en buena parte de España, o puede resultar el primer indicio de una movilización histórica en nuestro país que ofrezca un resultado muy dispar al que ofrecían hasta hace unos días las encuestas.

En el caso de que la tendencia de participación se confirme en estos niveles a las seis de la tarde, los nervios se multiplicarán aún más en todas las sedes de los partidos.