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La rutina de la fabada

Madridista, tus victorias han dejado de ser noticia

José F. Peláez: «Viva la Blanca Paloma»

Manuel Marín

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Y el Madrid, ¿otra vez campeón de Europa? En estos tiempos del nihilismo culinario, regresó la fabada como una costumbre de fin de primavera blanca. Cosas de la rutina. Las caritas de funeral siempre son cosa de otros. No sé para qué se juegan las ... finales con el Madrid. Ni para qué se invocan las gestas históricas y la leyenda como factor de motivación, o para qué se activan los falsos temores del madridista nervioso, o los absurdos análisis tácticos. O para qué se molesta la afición contraria en viajar, emborracharse, agitar sus bufandas, quedarse afónica y gastar dinero con la estúpida esperanza de que alguien venza al Madrid en una final. Es para nada. Es el destino. Siempre son los demás los que caminan solos. Está escrito en letras góticas de Biblia antigua. En romano, griego, hebreo o arameo. Y mira que protestó cuando el sorteo le cruzó con el París iluso y traicionero de M´Bappe, Messi y Neymar, en el que quien corre de verdad es Di Maria.

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