Sala de máquinas
El libro de Cayetana
Génova confunde cuando mezcla a Álvarez de Toledo con Ayuso o Aguirre; la exportavoz popular carece del instinto de poder de las otras dos y de ahí su imposible acoplamiento a la praxis casadista. Por eso se define con agudeza como perdedora vocacional, mientras Ayuso ... y Aguirre llevan el triunfo en la sangre. Ambas adaptan las ideas al mando, a la gestión, las moldean, mientras CAT las sublima como referente absoluto, porque nunca ha dejado de ser una intelectual, una periodista de opinión, una extraterrestre en la cacharrería del aparato; incapaz de adaptarse ni de ser aceptada. La borrachera de poder con la que retrata a Teo García Egea no es distinta a las que hemos visto antes. Conforme a las reglas de juego, el PP se equivocó la primera vez que fichó a Álvarez de Toledo, pero la segunda vez, por insistir, el error fue de ella, al no asumir que su idealismo impulsivo resulta incompatible con el tacticismo dominante. En su luminoso libro no aparecen mentiras, lo cual no quiere decir que siempre lleve razón.