¿El Vietnam de Putin?

Aparte del desprestigio sufrido. Putin es hoy el gobernante más insultado del mundo. Unos le comparan con Stalin, otros, con Hitler. Ambos aciertan. De Stalin tiene la frialdad de tomar las medidas más crueles sin tener en cuenta el dolor que causan. Del segundo, sus sueños imperiales, recuperando los territorios que fueron rusos o le pertenecieron. Otra mentira histórica, pues Ucrania precede como nación a Rusia, lo que sería como si Asturias reivindicase España entera por haber iniciado la Reconquista. Y, fiel a su política matonista, advierte a sus mandos que alerten el arsenal nuclear. Señal del miedo que tiene al ver fracasar sus planes.

Aunque el mayor daño puede llegarle de sus exsatélites. Polonia. Hungría, Rumanía, los estados bálticos, que han visto en directo cómo se las gasta el zar hoy en el Kremlin, se apresuran a acoger a los cientos de miles, la ONU calcula millones, de refugiados. Algunos de ellos han objetado normas de la Comunidad Europea que les ha acogido. Ahora se dan cuenta de la suerte que tienen al pertenecer a ella. Y a la OTAN. En el resto del mundo, excepto Venezuela, Cuba, Nicaragua y algún otro que ha caído en la trampa de la extrema izquierda, la condena es tan rotunda como unánime. En cuanto a nuestra izquierda, elige como siempre la actitud más farisaica: la OTAN es la culpable.

¿Va a ser Ucrania el Vietnam de Putin? Sólo el tiempo nos lo dirá. Pero beneficios podemos ya decir que ninguno. Afortunadamente.