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Como Al Capone

Los separatistas catalanes han podido eludir la pena por sedición, pero no la de malversación de caudales públicos

José María Carrascal

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¿Recuerdan cómo detuvieron a Al Capone? Lo han contado unas cuantas películas y un montón de libros, pero la espectacularidad del caso suele ocultar su génesis, así que perdonen que se lo recuerde: no fue por los innumerables crímenes que cometió con su banda. ... Ni por pasarse por el arco del triunfo la ley seca que en aquellos años regía (teóricamente) en Estados Unidos. Ni por haber comprado a alcaldes, concejales, policías y otras autoridades corruptas, también frecuentes en aquella época. Fue por no pagar los impuestos, por evasión fiscal, ese delito tan común, incluso en el ciudadano medio, aunque no en la dimensión del gángster de origen italiano. Suele ocurrir a los delincuentes de alto copete, a los que ni se les pasa por la cabeza hacer una declaración de impuestos por sus crímenes, que les llevarían a penas mucho más graves, incluida la de muerte. De ahí que la primera reacción de Al Capone fuera reírse del cargo. Seguro que pensaba que podría librarse comprando a toda una delegación de Hacienda. Pero eso es más difícil de eludir en Estados Unidos que una acusación de asesinato, lo que no sé si es un elogio o un reproche, pues no pagar impuestos es un delito contra todos los estadounidenses.

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