Tenés todo, tenés nada
Estoy seguro de que ha tomado nota sobre si conviene aceptar peones de dudosa catadura personal
José Luis Martínez-Almeida es un político canónico pese a encuadrarse en una generación de dirigentes caracterizados por conducir sus actos mediante el uso como combustible de la testosterona, más que por ese sentido práctico que los ciudadanos quieren ver en sus representantes desde la ... Constitución de La Pepa.
El alcalde de Madrid es todo lo contrario: reconocer a Almudena Grandes como una escritora merecedora de una calle en la capital es menos relevante que sacar unos presupuestos avalados por los sobrinos de Carmena; permitir que Villacís se crea una muleta imprescindible para gobernar Madrid, una circunstancia asumible por el bien de la estabilidad y el desarrollo eficaz de unas políticas basadas en la búsqueda del interés común de los que viven y pagan sus impuestos en el foro.
La parte más oscura de la guerra civil en el PP la ha somatizado Almeida como una especie de infidelidad en la que el papel de cornudo le correspondió a él. Y ya se sabe que el cornudo es el último en enterarse de su condición.
Tengo constancia de que el harakiri genovita le ha dejado tocado por las implicaciones del Ayuntamiento en toda esta chusca trama gestionada de la peor forma por un puñado de indocumentados. No ya por haber visto traicionada su confianza, que también, sino sobre todo por el menoscabo devenido en la imagen institucional del Consistorio y en la suya propia. Su renuncia al caramelo envenenado de la portavocía nacional del PP es lo único que ha sacado en claro tras la convulsión en un partido que se pasa la vida cuestionándose qué quiere ser de mayor. En el plano municipal, estoy más que seguro de que ha tomado nota sobre si conviene aceptar peones heredados de dudosa catadura personal en el plantel de cargos que viven a expensas de los madrileños a razón de 90.000 al año.
Almeida exhibe una frase en su cuenta de Whatsapp, ‘Tenés todo, tenés nada’, que concentra la naturaleza efímera del éxito y del fracaso. De la vida. Hoy, abajo; mañana, arriba, alcalde.