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Una raya en el agua

Populismos de andar por casa

La decisión más dañina de Sánchez es la de construir una alianza estratégica con los populismos antisistema

Ignacio Camacho

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El populismo siempre son los demás. Si Hayek escribiera hoy su famoso prólogo lo dedicaría «a los populistas de todos los partidos» pero los populistas propiamente dichos, hegemónicos en el manejo de recursos comunicativos, se las apañan para endilgar el término en exclusiva a sus ... enemigos. Hasta Podemos, cuyos promotores se declararon en un principio seguidores de Laclau, el teórico argentino, ha renegado de su padre putativo tras darse cuenta de que la etiqueta acumulaba una fuerte dosis de desprestigio. Nada molesta más a un populista que el espejo que lo refleja en otro populista de credo distinto y revela la evidencia de que ambos se necesitan para alimentar su mutuo antagonismo. Bolivarianos, trumpistas, iliberales o nacionalistas pueden diferenciarse en sus últimos objetivos pero comparten la base de su discurso político: el ataque al régimen institucional clásico como símbolo de un orden nocivo que debe ser destruido.

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