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Guerra

Veremos hasta dónde alcanza la abrasión. Porque la lucha entre Cs y PP va a ser casa por casa

David Gistau

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Una de las grandes preguntas del momento es si la legislatura aguantará sin colapsar la gran pelea territorial del centro-derecha, etiqueta que se ajusta al partido de Rivera después de una intervención cosmética en la que le fue extirpado el rasgo socialdemócrata. ... Rivera hace más esfuerzos por dar el «phisique du role» que Robert De Niro , es un político del método Stanislavski. Pero veremos hasta dónde alcanza la abrasión. Porque la lucha entre Cs y PP va a ser casa por casa. Es decir, reñirán, uno por uno, todos los defectos adjudicables al adversario y todas las virtudes pretendidas para uno mismo. Por ejemplo, si Cs dispone de ventaja en una cuestión esencial como la honradez, el PP, hundido en esto por su cuerda de presos corruptos y su orfeón de «pentiti», cuestiona su financiación para intentar arruinarle esa presunción de superioridad atractiva para un electorado harto de la mangancia popular y menos amedrentado que antes por el posible advenimiento de una horda de extrema izquierda. Este elemento es importante: el PP ha perdido el argumento coercitivo según el cual había que elegir entre Rajoy o la «checa» -y aquí siempre añado que era para pensárselo-. Cs puede ser oportunista y confuso en muchos aspectos , pero es un partido de intramuros, institucional, que además tiene asumidos todos los credos constitucionales desde que se parapetó en ellos para resistir la colisión independentista antes incluso de que se hablara de ella en la Meseta.

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