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Españoles universales

Dos compatriotas que nos hacen sentir orgullosos

Times Square durante la tormenta de de esta pasado invierno Reuters
José María Carrascal

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Durante mi última estancia en Nueva York, la colonia española homenajeó a los dos compatriotas más relevantes en la metrópoli, que en muchos aspectos, el cultural sobre todo, marca la dirección del mundo según el protocolo establecido: primero, la cena-tertulia que organiza el funcionario ... de Naciones Unidas Javier Martínez tuvo como invitado al biólogo Rafael Yuste. Dos días después, era el cardiólogo Valentín Fuster quien, en el Instituto Cervantes exponía lo último en su ramo. La coincidencia no fue buscada, sino obligada por el apretado calendario de ambos, que les obliga a viajar constantemente. Estamos ante dos top autoridades sobre los dos órganos claves del cuerpo humano, el cerebro y el corazón, a su vez íntimamente relacionados, pues si el cerebro es el puente de mando, desde donde se dan órdenes a los distintos órganos para realizar las funciones requeridas basadas en la información que le llega de los sentidos (aparte de las funciones invisibles, como la memoria, lenguaje y razonamiento), el segundo es el motor que mantiene a todos ellos en marcha, a través de la circulación sanguínea. El Dr. Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia, tras haber pasado por las de Cambridge y Rockefeller, está al frente del proyecto Brain, puesto en marcha por el gobierno norteamericano al darse cuenta de la tremenda importancia que tiene el cerebro, tanto desde el punto de vista médico como científico, con efectos en campos tan distintos como el del alzhéimer y la conexión del cerebro humano con uno electrónico, que abre todo tipo de posibilidades, algunas incluso peligrosas, que habrá que regular. Mientras el Dr. Fuster, director del Departamento de Cardiología del Hospital Mount Sinai, el más avanzado de este país y posiblemente del mundo, centra sus objetivos tanto en la prevención de ese asesino de masas que es el infarto, como en el mantenimiento de pacientes que lo han sufrido. La labor de ambos es de alcance mundial, al mantenerse en estrecho contacto con equipos científicos de todos los continentes, que es la forma como hoy se investiga. Colaboración que se acentúa con España, que visitan con frecuencia. Preguntados por qué no lo hacen desde allí, su respuesta es porque aquí encuentran más medios para avanzar en el campo de las partículas subatómicas o de las grandes estadísticas en el que ellos se mueven. Aunque insisten en que el resultado de la colaboración está siendo francamente positivo.

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