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El entorno

Como español que ni siquiera profesa el credo monárquico digo que la existencia de este Rey me tranquiliza

David Gistau

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El discurso de FB6 el pasado 3 de octubre supuso el momento fundacional de su reinado y la circunstancia en que los españoles descubrieron que, incluso en el desmoronamiento de tantas cosas, al menos había rey. Esto lo supimos lo mismo por aquellos a los ... que gustó que por aquellos a los que enojó. En cualquier caso, después de la sucesión en una atmósfera volátil y del esfuerzo por superar desgastes relacionados con el titular anterior, la Corona había encontrado una posición propia, demostrando por añadidura que se tomaba en serio tanto a sí misma como el papel adjudicado, que tampoco deja tanto margen de maniobra y de hecho amenaza siempre con reducir la institución a roles secundarios y ornamentales tales como inaugurar cadenas de montaje, brindar o presidir desfiles. Por encima de la grillera, de lo charlatanes redentores, de los cleptócratas, de los conspiradores, apareció un tipo al que creerse una vez examinado por un tiempo, el suyo y el de su generación, que hace años nadie habría augurado tan complejo y arrasado como resultó ser.

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