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Editorial ABC

La enésima cacicada contra los jueces

El PSOE tiene prisas por imponer a sus propios candidatos para cubrir vacantes sin alcanzar los acuerdos proporcionales que exige el funcionamiento interno del CGPJ

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El veto del PSOE y Podemos para que la Mesa del Congreso tramitase ayer la petición de que el Consejo General del Poder Judicial, y la llamada Comisión de Venecia de la UE, pudiesen siquiera opinar sobre la reforma judicial planteada por el Gobierno es ... una arbitrariedad impropia de una democracia. Esos partidos tienen la mayoría, y como tal la ejercen. Pero parece razonable y lógico que si el Ejecutivo pretende atar de pies y manos al Poder Judicial para realizar nombramientos mientras su mandato esté en prórroga, al menos los jueces puedan informar acerca de una reforma que afecta sustancialmente a los equilibrios de la Justicia y a su trabajo. Por desgracia, empieza a ser una constante el autoritarismo con el que se desenvuelve el Gobierno y el desapoderamiento real que ha hecho del Poder Legislativo, convirtiendo al Congreso en una Cámara a la medida de La Moncloa y alejada de mandatos constitucionales claros. Ya impidió a la comunidad educativa pronunciarse acerca de la «ley Celaá» y ahora se propone hacer lo mismo ninguneando a los jueces. Y todo, con una diferencia que agrava más aún el abuso del PSOE y de Podemos: que la Justicia representa un poder del Estado independiente al que se pretende sojuzgar por la vía de la imposición silenciando su voz.

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