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Putin se mira en el espejo kazajo

La violencia es siempre un mal camino y aunque a los kazajos no les faltan razones para expresar su descontento, la espiral traumática entre su Gobierno y la población no puede acabar bien

Editorial ABC

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La explosión social que está teniendo lugar en Kazajistán demuestra que ninguna sociedad resiste para siempre la opresión sistemática y la falta de libertades. La violencia es siempre un mal camino y aunque a los kazajos no les faltan razones para expresar su descontento, la ... espiral en la que se han enzarzado las autoridades y una parte muy importante de la población no puede acabar bien para nadie. La orden de disparar a matar contra cualquier manifestante que ha decretado el presidente nominal, Kassym-Jomart Tokáyev, no es solo una muestra de la catadura moral del régimen, sino la confirmación de que sea cual sea el resultado de esta tragedia, su coste en vidas humanas será altísimo y que ya nada será igual después de estas jornadas de ira y destrucción.

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