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Un prófugo en libertad

El riesgo de perder el apoyo de ERC puede llevar al Gobierno a no hacer todo lo necesario para conseguir que Puigdemont sea entregado al Tribunal Supremo para su enjuiciamiento

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La inesperada detención de Carles Puigdemont por la Policía italiana y su posterior puesta en libertad -sin limitación alguna y hasta que declare el próximo 4 de octubre- ha puesto de manifiesto los diversos frentes abiertos en la situación jurídica del expresidente de la Generalitat. ... En todo caso, conviene mantener la perspectiva del proceso instado desde la Sala Segunda del Supremo para definir correctamente la situación de Puigdemont y no sucumbir a los mensajes distorsionados de su equipo de abogados, ni de la propaganda del separatismo catalán. Puigdemont ha sido detenido, fundamentalmente, porque es un prófugo y tiene dos órdenes de detención activas: una de ámbito español y otra, europea. Es un prófugo detenido. En contra de lo que se ha difundido, la orden de detención europea dictada por Pablo Llarena nunca ha sido suspendida, ni desactivada. Lo reiteró ayer este magistrado en un oficio dirigido al representante español en la red europea de Justicia, José de la Mata. Además, Puigdemont es un parlamentario europeo sin inmunidad, tal y como declaró el Tribunal General de la UE en su resolución de 30 de julio pasado. Y sin inmunidad, un parlamentario europeo puede ser detenido, más aún si su detención se produce por orden judicial y con motivo de un desplazamiento ajeno a su actividad oficial. La presencia de Puigdemont en Cerdeña nada tenía que ver con sus funciones en el Parlamento Europeo. Iba a asistir a un festejo identitario en una localidad sarda donde aún se habla catalán y existe un fuerte sentimiento independentista.

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