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Editorial

Un pésimo mensaje a Europa

Díaz está en campaña porque Podemos se hunde y doblarle el pulso a Calviño es su tarjeta de presentación como candidata. La reforma laboral es solo una excusa más para agitar la coalición

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El PSOE y Podemos escenificaron ayer la creciente tensión que vive la coalición de gobierno a cuenta de la derogación de la reforma laboral y de la inhabilitación del diputado podemita Alberto Rodríguez. En cualquier caso, la reunión entre ambos partidos tuvo anoche mucho de ... impostura y nada hace prever que de momento vayan a romper. Y nunca, antes de aprobarse los Presupuestos. Nadie con un mínimo de inteligencia en Podemos y en el PSOE calcula que la coalición se fracture de modo abrupto como pronto hasta unos meses antes de las elecciones. La razón es sencilla: los dos partidos se necesitan para protegerse en el poder durante el mayor tiempo posible, y lo demás es secundario. Por eso Alberto Rodríguez se ha dado de baja de Podemos. En realidad, el apoyo moral de su partido no era sino la coartada para expresar una indignación sobreactuada, pero a la hora de la verdad nadie de Podemos ha dado la cara por él, nadie ha arriesgado su escaño, y nadie ha renunciado a su ministerio. Yolanda Díaz, Alberto Garzón o los ‘comunes’ se desmarcaron de la querella anunciada por Podemos contra Meritxell Batet porque además de ser un disparate jurídico al que ya ha renunciado el propio Rodríguez, ponía en riesgo al Gobierno. Y nada hay más lejos de la intención de Díaz o Garzón que defender a alguien que no sean ellos mismos. En Podemos sobran improvisación e infantilismo y, desde que no está Pablo Iglesias, falta arrojo. Por eso Ione Belarra es un cero político a la izquierda.

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