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Alarma e indefensión

No es bueno que España esté bajo un estado excepcional permanente, pero tampoco lo es que Sánchez no haya legislado en meses. Ahora es lógico que las autonomías se sientan inermes

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El presidente del Gobierno volvió a reafirmarse ayer en que no tiene intención de ampliar el estado de alarma más allá del 9 de mayo, cuando vence el plazo de seis meses desde que lo decretó por última vez. La alarma es una excepcionalidad en ... nuestro ordenamiento jurídico, aplicable de forma extraordinaria y siempre en condiciones extremas de inseguridad o incertidumbre que así lo justifiquen. Una pandemia como la que está asolando el planeta, y que el año pasado en estas mismas fechas causaba casi mil muertes diarias en España, es motivo suficiente para imponerla durante el tiempo estrictamente necesario. Sin embargo, Sánchez se habituó a él porque esa excepcionalidad le permitía gobernar por decreto, mantener inerme la actividad parlamentaria, aprobar leyes sin debate de ningún tipo y, sobre todo, tener bajo control a las comunidades autónomas. Él inventó una ‘cogobernanza’ a capricho para dejar de ejercer su autoridad desde que en julio dio irresponsablemente por vencida la enfermedad.

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