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La Tercera

Matar a Elon Musk

«En lugar de decir que no quieren a Elon Musk como dueño de Twitter porque va a impedir que la ‘cultura de la cancelación’ continúe maniatando las redes, es decir que se siga censurando a innumerables personas que sin violar la ley pretenden expresarse con libertad, utilizan argumentos especiosos contra él. Preguntan: ¿por qué no destina ese dinero más bien a combatir la pobreza? Pregunto yo: ¿por qué no piden lo mismo a los socios que lo van a recibir por venderle Twitter?»

Álvaro Vargas Llosa

Podría escribirse un tratado sobre la psicología del fascismo contemporáneo con sólo analizar las reacciones que ha producido la decisión de Elon Musk, el excéntrico cincuentón dueño de Tesla, la empresa fabricante de automóviles eléctricos, de adquirir Twitter por 44.000 millones de dólares y ... convertirla en una empresa no cotizada. Debemos agradecer a Musk que haya hecho salir de sus madrigueras, como si fuera una trampa de ratones, a los tartufos que escondían su odio a la libertad detrás de justificaciones falsamente moralizantes.

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