Enfoque
Hagan caso a Mark Twain
La dictadura de lo políticamente correcto
Cuatro días le deben de quedar a la «novela negra» o al «cine negro», poco más de un pestañeo hasta que algún muftí de la nueva moral que sigue el código de lo políticamente correcto se detenga a descubrir que ambos términos suponen un macrorracismo ... de manual, un insulto a miles de millones de personas... que tienen la piel del color más oscuro que hay, porque como digas la palabra que ustedes están pensando te empluman y te dan de brea en cualquier plaza pública. Igual entre ellos está el bisnieto de Agatha Christie, que anda encantado después de que en Francia los «Diez negritos» de su bisabuela pasen a llamarse «Eran diez» porque «a ella no le hubiera gustado que nadie se sintiera ofendido por esa expresión». Debe haber consultado con algún médium el bisnieto porque la palabra ahora proscrita (esa que no se puede decir) la escribió Christie hasta 74 veces en la novela. Ni una vez ni dos... 74.
La ola revisionista parece imparable. El British Museum va a retirar el busto que honra a su fundador, sir Hans Sloane, porque al parecer en el siglo XVII tuvo un pasado esclavista y de esta manera hoy la pinacoteca «rompe amarras con el colonialismo». ¡Qué arte más grande tienen los británicos! Debe ser que los mármoles del Partenon los labró un cantero de Liverpool y la Piedra Rosetta, un escriba de Bristol. Cinismo sin fronteras. Metidos en faena revisionista, mejor que manden los frisos a Atenas y la estela egipcia a Menfis y luego, si quieren, que corten amarras y le quiten la honra a Sloane. Pero esto ya no hay quien lo pare. No intenten convencer a los muftis de estos días que es estúpido juzgar con ojos del siglo XXI actitudes del XVII. Lo dijo Mark Twain: «No discutas jamás con un bobo, te rebajarás a su altura y ahí él tiene más experiencia».