Los «ángeles de la guarda» de las familias de los que se van a Letonia

Sin embargo, reconoce que seis meses fuera, sin permisos, es mucho tiempo. « Ni la mujer ni los hijos ni uno mismo acaban por acostumbrarse del todo , aunque esto se hace duro sobre todo al que se queda. Tenemos la suerte de que hay muchos compañeros que les ayudan y que no les va a faltar el cariño ni la cercanía de otros. En el Ejército somos una familia».

Las Fuerzas Armadas han evolucionado mucho desde la primera misión internacional en la que participaron y existe un dispositivo de apoyo para los familiares de los desplazados que responde ante cualquier urgencia. « Si pasa algo de salud o en la casa o alguno de nuestros hijos necesita un apoyo se materializa . Hay un teléfono 900 para entrar en contacto con ese equipo», afirma el teniente coronel Tarifa.

La cabo mediano Stella es una de las cuatro mujeres que irán a Letonia . Acabó Bachillerato y se metió en el Ejército. Como sus trescientos compañeros, lleva seis meses preparándose para esta misión, en la que tendrán que soportar algunas noches temperaturas de hasta treinta grados bajo cero y que el material que transportan también se someterá a una dura prueba de frío. «Será mi cuarta misión porque ya he estado tres veces en El Líbano. Soy jefa de escuadra y para mí lo mejor es la experiencia y la convivencia con mis compañeros».

Para esta militar, lo peor es « estar seis meses separados de la familia , pero ellos saben que esto es lo que me gusta y que es mi trabajo. Creo que están contentos por mí . Además, no es un territorio tan hostil como El Líbano , aunque allí estuvimos como fuerza de interposición en los "check point" y preparados para todo lo que pueda surgir».

«Nos preparamos para la guerra pensando que de la misión saldrá siempre la paz », comenta uno de los mandos al pie de la tienda de campaña de Cerro Muriano donde se celebran las maniobras tácticas con que la brigada X Guzmán el Bueno se prepara para su operativo internacional.

El teniente Muñoz , otro de los participantes, afirma que «es la primera vez que tenemos tantos medios técnicos y tecnológicos en una misión y estamos contentos por ello». Otro de los capitanes reconoce a ABC que «miedo se puede tener pero hay que controlarlo. Si no, estamos perdidos. Lo que hay que tener es prudencia y ya está».