La candidatura de Vestager al BEI complica la legislatura europea

La candidatura de Vestager es sin duda la más sólida de todas las que se han presentado formal o informalmente y entre otras cosas reduce al mínimo las posibilidades de que la vicepresidenta y ministra de Economía española, Nadia Calviño, pueda optar a este puesto como todo parece indicar que estaba en sus planes. El compañero de la danesa en la Comisión, el responsable del Mercado Interior, Tierry Breton, la había felicitado en redes sociales cuando el Gobierno danés anunció su candidatura. Sin embargo, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, tiene como criterio que aquellos comisarios que opten a cualquier puesto público, ya sea en otra institución europea o en sus países de origen, pidan cuanto antes una excedencia, para que quede claro que no existen vinculaciones entre un puesto y el otro.

Eso ha sucedido con la búlgara Mariya Gabriel, que ha tenido que dejar su puesto en la Comisión después de un periodo de excedencia, porque era candidata a ser primera ministra búlgara, aunque finalmente las negociaciones políticas en Sofía han desembocado en su nombramiento como ministra de Asuntos Exteriores. El 10 de mayo pidió esa excedencia, lo que habría permitido que otro comisario pudiera ejercer sus funciones provisionalmente, pero una semana después anunció su renuncia formal a su cargo, lo que obliga a las autoridades búlgaras a nombrar a otro comisario, aunque sea por los meses que quedan hasta el final de esta legislatura dentro de un año.

En caso de que los ministros de Economía confirmen que ven con buenos ojos la candidatura de Vestager, en el primer consejo informal bajo presidencia española, esta deberá probablemente pedir al menos su excedencia en la Comisión, porque además el cargo de presidente del BEI es formalmente independiente del Ejecutivo comunitario. Vestager celebró en su día el anuncio de su candidatura por parte del Gobierno danés y confirmó su «disponibilidad para la evaluación, a la espera del proceso del banco y los próximos pasos».

Vestager tiene fama de ser implacable por lo que respecta al cumplimiento de las reglas de competencia y su último órdago ha sido acusar a Google de abuso de posición dominante en el mercado en lo referente a su negocio publicitario de modo que por primera vez había puesto sobre la mesa la posibilidad de exigir a la multinacional que se desprenda de parte de sus actividades, como único medio para evitarlo. «Si llegamos a la conclusión de que Google actuó de manera ilegal, la Comisión podrá exigir que se deshaga de parte de sus servicios» o que ceda parte de sus beneficios al sector.

El procedimiento de infracción lo inició en junio de 2021 y en estos momento Google tiene un plazo para examinar los últimos documentos del expediente antes de responder por escrito y presentar sus objeciones ante representantes de la Comisión y de las autoridades nacionales de competencia. Si en estos cruciales momentos desaparece de escena Vestager, que ocupa la cartera de competencia por segunda legislatura consecutiva, muchos en la Comisión temen que Google aproveche para prolongar esta situación de ventaja mientras aplaza los posibles castigos.