Crítica del final de «Juego de tronos»: el sabor de la venganza
ATENCIÓN: este artículo contiene spoilers de la cuarta temporada de «Juego de tronos». Si no quieres enterarte de ellos, no sigas leyendo
diego casado
Nadie escapa a la ira de la revancha. Ni siquiera los seres más bondadosos, aquellos que durante toda su vida habían buscado librar del sufrimiento a los que les rodeaban, pueden resistir el impulso de la venganza cuando se les presenta la ocasión. Ni Tyrion ... Lannister, tal vez el único personaje de «Juego de tronos» que mantenía un alma limpia, libre de la corrupción, pudo resistir al final el dulce placer de tomarse la justicia por su mano (y por su ballesta).
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La serie con mayor impacto en todo el mundo despide su cuarta temporada con una mancha en la hasta ahora inmaculada trayectoria de Tyrion, que no pudo evitar asesinar a su supuesta amante y a su padre sentado en un humillante «trono», justo antes de escuchar los acordes de «Las lluvias de Castemere». Lo hizo al descubrir que la historia de amor que había vivido durante tres largos años televisivos con Shae era una farsa urdida por la Mano del Rey. El personaje completaba así su particular descenso a los infiernos que había comenzado con las humillaciones sufridas a cargo de su sobrino durante la boda púrpura y que continuó durante la farsa de su juicio -qué alegato final el suyo- por asesinato. Un recorrido que engrandece al diminuto noble interpretado por Peter Dinklage y le sitúa como uno de los principales acreedores a la temporada de premios interpretativos.
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Magnicidios aparte, los creadores de la serie habían reservado para él último capítulo una muestra de sus mejores virtudes, con unos minutos de lucimiento de sus principales personajes: hubo tiempo para llorar a Ygritte, para disfrutar de un combate en toda regla entre dos colosos -Brienne y el Perro, que recordaron por momentos a Tyson y Holyfield- , también para ver la última discusión entre Cersei y su padre -sobrecogedora Lena Headey- y para deleitarnos con un despliegue de efectos especiales en la escena del encierro de los dos dragones de Daenerys. Por el camino, los guionistas volvieron a dejar claro que no hay límites a la hora de mostrar imágenes duras, como la de la niña carbonizada, ni escenas de sexo tabú, como el encuentro entre Cersei y su hermano.
El final de esta tanda de capítulos nos deja a unos Lannister en horas bajas aunque todavía en el poder y a unos Stark -los que quedan- recobrando poco a poco el aliento, gracias a su insistencia en mantenerse de pie, a sus acciones y a sus acertadas alianzas. John Snow está destinado a luchar en nombre de su familia, Bran a tomar el vuelo y Arya a continuar allá donde vaya con su particular venganza, nombre a nombre. Podemos intuir pero en lo de saber los derroteros que tomará la serie el año que viene los lectores de los libros nos llevan ventaja. Aunque todo indica que en Braavos habrá movimiento en la quinta temporada. Valar morghulis.
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