Benedict Cumberbatch, el actor que está en todas partes

En todas ellas se ha dejado ver el actor más ubicuo del momento. El británico de moda en el celuloide. Y no han sido sus únicos estrenos en 2013: sumémosle « El quinto poder » y « Star Trek: En la oscuridad ». Y no olvidemos la tercera temporada de « Sherlock », de nuevo un éxito de audiencia y crítica. ¿Demasiado para un solo hombre? Cumberbatch no parece acusar el esfuerzo: tiene tres películas en postproducción, se encuentra doblando a un personaje para la franquicia « Madagascar » y tiene otros dos filmes en fase de preproducción. Inagotable. Insaciable.

El pasado domingo se codeó con lo más granado de Hollywood como lo que ya es: uno más en el star system. En la alfombra roja dejó uno de los mejores momentos cuando se coló en una fotografía tomada a los miembros de U2 (candidatos a mejor canción), saltando por encima de ellos para aparecer en la instantáena. Lo que en Estados Unidos se conoce como «photobombing».

Llamativo si se tiene en cuenta que en 2010 era un perfecto desconocido fuera de su país. Pero «Sherlock», la rompedora serie de la BBC que reinventó el personaje de Conan Doyle para traerle del siglo XIX al XXI, le dio a conocer a todo el mundo. Cumberbatch encandiló a la audiecia con un personaje extremo, genial, al que prestaba a la perfección un físico muy característico (alto, delgado, un punto desgarbado, atractivo sin ser guapo) y una voz profunda.

A rebufo de la excelente acogida de «Sherlock», el teléfono de Cumberbatch empezó a sonar en 2011 y no ha parado. Figuró en la coral « El topo », de Roman Polanski , a la que siguió un breve papel en « Caballo de batalla », de Steven Spielberg . Tras un 2012 tranquilo, llegó la explosión en 2013. En «12 años de esclavitud» encarna a un hombre bueno y sensible, el único que trata bien a Salomon hasta que irrumpe el «ángel de la guarda» interpretado por Brad Pitt . Papel no muy extenso al que siguió un gran villano, el que desplegó en «Star Trek: En la oscuridad».

A continuación, todavía en su gran año, un rol protagonista: el de Julian Assange, creador de Wikileaks, en «El quinto poder». Cumberbatch se mimetizó a la perfección, transformación física incluida. Formó parte después de «Agosto», otra de las cintas de la temporada, para poner finalmente voz a Smaug, el dragón de la segunda entrega de «El Hobbit». Todo esto, mientras rodaba la tercera tanda de capítulos de «Sherlock».

Convertido en uno de los hombres más deseados del mundo, el británico se aísla en el trabajo. Habrá tercera entrega de «El Hobbit». Será Alan Turing, su compatriota matemático, en «The imitation game». Y aún le esperan «The lost city of Z», «Everest», «Flying Horse» y dos títulos de animación. Todos le quieren en sus películas y, por ahora, el más solicitado de Hollywood se las apaña para hacer un hueco en su apretada agenda.