George Clooney vence... pero no convence
El actor, director y productor ha presentado en Berlín su última película, «Monuments Men», la historia de los soldados que salvaron el arte europeo de las garras de Hitler
david martos
No hay maquinaria comunicativa tan potente como la que ya está en marcha y siempre funciona. La rueda de prensa de un director desconocido es una incógnita. El debutante puede salir a hombros o por la puerta de atrás. Pero con George Clooney ... con ... George Clooney hay párrafos que se pueden escribir antes de que esa rueda comience. Se puede asegurar sin temor que estará llena de periodistas o que el actor y director será ácido pero reflexivo. También que, comunicativamente, la película será un éxito (porque mañana estará en todas las portadas). Clooney vence a todos y arrasa con todo. No había nada más importante este sábado en la Berlinale que su película. Eso está garantizado. El problema está en que el artífice de Los idus de marzo o Buenas noches y buena suerte... esta vez no ha convencido al respetable.
Monuments Men cuenta la historia de un grupo de soldados norteamericanos que, al final de la Segunda Guerra Mundial, recorrieron Europa para salvar el arte del continente de las garras de Hitler. «No he querido hacer una película patriótica», decía Clooney en la multitudinaria rueda de prensa, «sino una película que hablase de aquel grupo de personas que se preocuparon del arte por primera vez en la historia de la guerra. Por primera vez no se quedaron con el botín, sino que lo devolvieron. Y pensé que era una historia extraordinaria que necesitaba ser contada». Clooney negaba estar obsesionado con las películas de época («quizá tenga que hacer una en el futuro») he incluso se ha atrevido a silbar los primeros compases de la pegadiza banda sonora de la cinta. Esto después de entrar en el photocall a ritmo de conga.
Lo dicho, la batalla comunicativa estaba ganada, pero un vistazo a las páginas web de los principales medios del mundo nos deja claro que la batalla cinematográfica es otra historia. Ese grupo de soldados liderados por Clooney en el que se alistan Matt Damon , Jean Dujardin o Bill Murray componen un fresco que emociona bastante menos que la calidad interpretativa de sus componentes. «Lo peor de ser una estrella es tener que aguantar a estos tipos de aquí», decía el director de Monuments Men con socarronería cuando le preguntaban por la losa que supone ser una estrella de Hollywood. «Y contar el dinero», le apuntaba John Goodman . «No, honestamente, si alguien que lleva nuestra vida se quejara... sería normal que la gente se enfadase, yo me enfadaría. Llevo una vida muy feliz».
LAS OTRAS ESTRELLAS DEL FIN DE SEMANA
La sección oficial del sábado incluía también la segunda película alemana a competición, Die geliebten Schwestern, una cinta de época que cuenta un triángulo amoroso en torno al poeta Friedrich Schiller. Otra de las estrellas del fin de semana (a pesar del brillo de Clooney) ha sido el autor francés de «Las partículas elementales». En el falso documental El secuestro de Michel Houellebecq, el intelectual se interpreta a sí mismo, se ríe de sí mismo... y sobre todo opina sobre lo que se le pone por delante. No es el único pensador en la gran pantalla de este festival. Una larga conversación con Noah Chomsky le ha servido a Michel Gondry para elaborar una cinta de animación que se puede resumir como «lo que dice Chomsky explicado con dibujitos». Eso sí, muy curiosa e ilustrativa.
George Clooney vence... pero no convence
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