Los animales enferman y mueren por decenas a lo largo de las costas de Alaska por los efectos del desastre nuclear de Fukushima

Decenas de aves, o más bien sus carcasas rotas y sangrantes, han sido localizadas desde finales de noviembre en las orillas de la Isla San Lorenzo sin que los científicos hayan podido explicar aún la causa exacta de su muerte. De momento trabajan con la hipótesis de que las aves fueron incapaces de manejar la meteorología tan cambiante y severa de la zona.

Las focas y morsas del área están siendo víctimas de úlceras en su piel y de congestión pulmonar. Los biólogos siguen realizando estudios víricos y de radiación. Pero todavía no han obtenido resultados concluyentes sobre si el sol, las tóxinas presentes en algunas algas o las aguas termales son las responsables, por ejemplo.

En las últimas semanas, nueve osos polares han sido diagnosticados de alopecia. Y se sumarían a un total de 33 plantígrados afectados por este problema de pérdida de pelo a lo largo de la costa de Barrow.

Los aborígenes de la Columbia Británica están preocupados, por su parte, por el descenso registrado en las poblaciones de salmón rojo que remontan cada año el río Skeena, y que esta temporada ha alcanzando un mínimo histórico (un 80% menos en comparación con 2012). Hasta el punto de que se están planteando prohibir su pesca en el lago Babine.

Puedes seguir leyendo más «alarmantes coincidencias» en The Truth , el portal de internet a partir del cual se hace eco el medio de comunicación Alaska Public Media .

Tokyo Electric Power (Tepco) , la compañía operadora de Fukushima-1, ha informado de que los niveles de radiación en el agua subterránea bajo la planta nuclear japonesa han superado su cota más alta desde el accidente. Y las fugas de agua contaminada hacia el Pacífico continúan.