Las marismas de Doñana actúan como sumideros de carbono

Según apunta el trabajo, publicado en la revista PLOS ONE , el ciclo hidrológico de las marismas de Doñana influye en la captura de CO2, fenómeno que juega un papel importante en la regulación del clima y que podría verse afectado por la actividad humana en la zona.

«La elevada productividad de los organismos fotoautótrofos de las marismas -aquellos que efectúan la fotosíntesis para obtener energía- da lugar a que cada año Doñana se convierta en un sumidero para el CO2 atmosférico», explica la directora del análisis Emma Huertas, del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía .

«Durante la inundación de las marismas , la materia orgánica de los campos circundantes se acumula en ellas, se degrada y provoca la formación de CO2 en la columna de agua, parte del cual se libera a la atmósfera», señala.

«El fitoplancton va incorporando de manera gradual dicho CO2, ya que la inundación también favorece el aumento de nutrientes esenciales para que estos organismos puedan fijar el carbono. A posteriori, el carbono fijado puede almacenarse en los sedimentos de manera permanente», prosigue Huertas.

Actividad humana

Tal labor de captura de CO2, subraya el texto, podría verse modificada en el futuro a causa de la actividad humana en Doñana y el cambio climático (traducido en menos precipitaciones y aumento de la evaporación ), ya que ambos factores reducen el ciclo hidrológico del espacio natural.

«Los ciclos hidrológicos en la región de Doñana son muy cambiantes y la respuesta global del ecosistema está aún por determinar. Lo que sí puede asegurarse es que las prácticas de gestión de agua en el Parque afectan a la duración e intensidad de las inundaciones y, por tanto, influyen en el intercambio de CO2 entre el agua y la atmósfera», manifiesta Edward Morris, otro investigador del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía.

«Los ecosistemas con periodos de inundaciones más prolongados capturan más CO2, por lo tanto, cualquier práctica o fenómeno que contribuya a reducir la cantidad de agua en los humedales, modifica de manera notable el papel del Parque Nacional de Doñana como secuestrador de carbono», concluye Morris.