CSIC

Canarias depende de cierta ave migratoria para no perder a sus últimos cedros

El mirlo capiblanco, que llega al archipiélago desde el norte de Europa, solo pasa seis meses en él, sin criar, pero alimentándose de manera compulsiva de los frutos de esta conífera

Canarias depende de cierta ave migratoria para no perder a sus últimos cedros ABC

EFE

Un grupo de investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (Csic) se está planteando la posibilidad de que en el pasado hubiese un bosque de cedros en Las Cañadas del Teide . Y estudian en estos momentos si estos árboles se ... encuentran en proceso de recuperación gracias a la dispersión de sus semillas por el mirlo capiblanco .

De confirmarse el dato «estaríamos ante un caso insólito en el mundo». Ya que el aumento poblacional del cedro, árbol endémico de Canarias , dependería en gran medida de la visita de un ave migratoria que no cría en el archipiélago -solo permanece en él seis meses desde el otoño hasta la primavera procedente del norte de Europa -, afirma Manuel Nogales, investigador del Csic.

Nogales señala en una entrevista que la recuperación ha sido importante y notable en los últimos 30 años a pesar de la extinción en Las Cañadas del Teide del cuervo , el ave nativa que en Tenerife contribuía a dispersar las semillas de cedro en las cumbres de la isla - La Fortaleza , Siete Cañadas y la Montaña del Cedro -.

«¿Cómo puede ser que se haya extinguido el dispersor principal de esta planta y que ésta se esté recuperando a este ritmo?», se preguntó el investigador, vicedirector del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) en Tenerife.

Su respuesta fue: «Hay algo que seguro desconocemos». Y compartió su inquietud con Beatriz Rumeu , que ha desarrollado su tesis doctoral sobre tal cuestión, constatando un hecho hasta ahora desconocido: la influencia del mirlo capiblanco.

Hoy hay estimada una población de unos 2.000 ejemplares de cedro en la zona de cumbre de Tenerife.

Los Cedrales del Atlas

«Me llama la atención que pese a la drástica reducción que tuvo que registrar el cedro en Las Cañadas del Teide, los mirlos capiblanco han continuado migrando y pasando todo el invierno en las inmediaciones de estos árboles, alimentándose compulsivamente de sus gálbulas y dispersando sus semillas», explica Nogales, que también es responsable del grupo de Ecología y Evolución en Islas del IPNA-CSIC .

Los científicos creen que los mirlos capiblanco actuaron como dispersores de las semillas conjuntamente con los cuervos y los lagartos tizones , y han continuado haciéndolo tras la desaparición de los cuervos.

«Por lo que conocemos, la acción de los lagartos no parece ser tan determinante como lo es en el caso de las aves», afirma Nogales. «Resulta interesante el dato de que las rutas migratorias se fijan genéticamente con el paso de millones de años, de tal manera que ha debido de haber una subpoblación migratoria de mirlos capiblanco que "sabe" que debe volar cada año hasta Canarias y no hacia los "Cedrales" que se encuentran en el Atlas (Marruecos) -al noroeste de África -», comenta Nogales.

«Dependemos en gran medida de la llegada de los mirlos capiblanco para que el reclutamiento de plantas jóvenes se pueda llevar a cabo», concluye.

Canarias depende de cierta ave migratoria para no perder a sus últimos cedros

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