Nadal, a rematar en Madrid

El japonés es un tenista asombroso, hombre del momento después de su victoria hace dos semanas en Barcelona . Durísimo en pista rápida, ahora brilla también en tierra, asesorado por Michael Chang y dueño de una racha a tener en cuenta. Lleva diez triunfos consecutivos y es la primera vez que juega una final de Masters 1.000.

La de Nadal será la 39 (ha ganado 26), 90 si se suman todos los torneos de la ATP. Sabe especial porque es ante su gente y porque llega después de vivir atormentado por las dudas , irreconocible en sus paraísos de Montecarlo y Barcelona . Desde que debutó el miércoles en la Caja Mágica, su tendencia ha sido positiva y él mismo se da por satisfecho.

«Estar en la final aquí, un torneo difícil, en casa, después de caer los dos anteriores torneos en cuartos de final significa mucho para mí. Estoy muy contento», comentó después de eliminar a Roberto Bautista en semifinales, un triunfo serio en donde pesó su nombre y la experiencia.

«Psicológicamente, en Montecarlo y Barcelona, cuando estaba en momentos difíciles, no reaccioné bien. En Madrid he rectificado en momentos importantes en los que en Barcelona o Montecarlo me sentía alicaído. Esto son síntomas de que mentalmente estoy más estable y con más confianza porque las cosas están yendo bien. Son buenas noticias para salir mañana a jugar, pero también de cara al futuro», apuntó, pensando en el más allá. En el horizonte, Roma y Roland Garros, verdadero objetivo del año.

Vuelva a estar en un domingo, quinta final de una temporada en donde acumula dos títulos (Doha y Río de Janeiro). Nadal, campeón en 2013 en la Caja Mágica, cambia de cara y se le ve más relajado que en su estreno, aunque no se confía porque enfrente tiene a un enemigo tremendo.

Es una incógnita saber cómo estará Nishikori. Tumbó a Ferrer en una semifinal cargada de épica , casi tres de un intercambio interminable, y llegó a reclamar tres veces la atención del médico por un dolor en la zona lumbar. Mucha carga de trabajo y problemas físicos, un inconveniente para él.

«Tengo que ver cómo me levanto mañana. Estos dos últimos días no han sido buenos. No puedo decir mucho más pero espero poder jugar otro buen partido», reconoció el japonés, que el lunes aparecerá entre los diez primeros de la ATP para dignificar a su país. Nunca antes hubo representación entre los mejores.

Está repleto de confianza y prefiere no mirar la estadística, que le dice que va 6-0 en contra con Rafa Nadal. De hecho, sólo ha conseguido ganarle un set, pero en Australia ya apretó al balear . «Sé cómo tengo que jugar para ganarle. No va a ser fácil pero tengo que hacer todo lo que tengo que hacer», apuntó. El peligro japonés es real.

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