Nishikori, épico finalista en Madrid

A Ferrer le tocó un hueso y chocó contra un muro, notable la exigencia de Nishikori y más después de sus últimos resultados. El japonés llegaba de hacer título en Barcelona y en Madrid ha terminado por presentarse como un tenista peligroso en tierra batida. Se mueve con una rapidez endiablada y además se garantiza estar el lunes entre los diez mejores, una gran semana con la oportunidad de sumar su primer Masters 1.000.

Fue un pulso memorable, un partido para recordar que tiene todo lo que se le pide al tenis. Hubo talento, muchísimo por las dos partes. Hubo emoción, tanto que el último juego fue de infarto. Y hubo pasión, tan orgulloso Ferrer para defenderse como Nishikori para atacar. Una maravilla que puso en pie a la grada de la Caja Mágica.

En realidad, fue todo según lo esperado, con dos grandes pegadores desde el fondo de la pista que lucharon hasta la extenuación en cada punto. Ferrer tomó la delantera en el primer set al romper en el sexto juego, pero se le escapó la renta y el japonés se creció en el tie break. Un set que sería el preludio de lo que vendría después.

Nishikori, que reclamó tres veces la presencia del médico por problemas lumbares, no fue capaz de cerrar en la segunda manga y dio alas a Ferrer, cuya evolución en Madrid ha sido evidente y al que le condenó su triste 3 de 15 en bolas de break. El alicantino jugó mucho mejor y batalló sin complejos, genial con la derecha invertida y ágil de piernas.

Y quedó todo pendiente del tercer set, impensable el desenlace. Rompió Nishikori y llegó con renta al noveno juego, interminable el debate con mil alternativas. Al final, y después de diez puntos de partido, Nishikori accedió a la primera final de Masters 1.000 de su vida, feliz ante su gran día. Es una incógnita su estado físico, pero la amenaza es real. Y no lo será solo en Madrid.

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