entrevista
David Ferrer: «He aprendido a quererme»
El alicantino, número cinco del mundo, busca sensaciones en Madrid después de un inicio de año menos brillante
enrique yunta
En su desfile por la Caja Mágica, David Ferrer desata pasiones. Es el tenista del pueblo, querido porque para estar entre los grandes se ha sacrificado como ninguno, éxito de un treintañero que lleva mucho tiempo coleccionado piropos. El circuito siempre le pone como ejemplo ... de la perseverancia y de la ilusión y él, que tiene también muchísimo talento, está encantado con ese guiño. Lleva un año de luces y sombras, un curso especial porque cambió a Javier Piles, su técnico de toda la vida, por José Francisco Altur . Y aterriza en el Mutua Madrid Open con dudas por su prematura despedida del Trofeo Conde de Godó .
–Es un año especial ya que sorprendió al decir que cambiaba de técnico. ¿Por qué?
–Más que mental, es un tema de desgaste. Después de tanto tiempo necesitaba un cambio. No había nada personal, en absoluto. Necesitaba ilusión, motivación. Es verdad que fue el mejor año de mi carrera y que acabe tres del mundo, pero no estaba gusto conmigo mismo o en el día a día del entrenamiento. Es lógico. Tanto Javi (Piles) como yo decidimos dejarlo. El equipo es el mismo, sólo cambia el entrenador. Estoy muy bien.
–¿Por qué no estaba a gusto si, como dice, era tres del mundo y tenía resultados?
–Es desgaste. Cuando te dicen las cosas muchas veces pues ya no tienes la misma reacción. No había ese «feeling». Empecé con Piles a los 16 años, cuando era un niño, y prácticamente puedo decir que me educó él. Salen otras prioridades y él también tiene una familia. Dimos el máximo los dos.
–¿El tenista se acomoda?
–Cuando llevas mucho tiempo, puede que sí, aunque lo hagas sin querer. La vida tenística te ha ido bien y tienes más facilidades en todos los aspectos. Tanto en lo personal como en lo profesional o en lo económico. Sin querer, te puede pasar. En mi caso, creo que no me ha pasado, pero lo han de decir los que están a mí lado. Yo trabajo igual que cuando tenía 20 años, con la misma ilusión. No he cambiado nada. Bueno, que físicamente tardo más en recuperar, claro. Los años se pagan y los kilómetros se notan.
–¿Pesan las piernas?
–Notó que cuesta más recuperar. Es más importante el descanso en ciertos momentos. Antes me entrenaba y además hacía muchos deportes. Jugaba a fútbol, a pádel... Ahora me cuido mucho más, al menos lo intento. He cogido a mi fisio para que viaje todas las semanas conmigo, todos los entrenamientos... Lo hago para alargar mi carrera y gracias a él los dos últimos años me he mantenido por cuidar estos pequeños detalles.
–¿Y a su edad, qué busca?
–No busco nada diferente. Busco estar entre los mejores, seguir entre ellos. Busco ser competitivo. Estoy bien. Estoy en un buen momento en mi vida tenística. Cuando uno madura las derrotas afectan, pero ayudan a mejorar. Tengo cierta tranquilidad en ese aspecto. Busco mantenerme. Estoy siete del race. No ha sido el mejor inicio de año porque los tres o cuatro últimos fueron buenísimos y no siempre se puede, pero estoy ahí. No es un año malo, ni mucho menos.
–Dijo que era el peor top 10 de la historia, en un momento de enfado, y siempre ha aceptado que hay unos tenistas a los que no puede acceder. ¿Lo da por imposible?
–Es una cuestión de regularidad. No volvería a decir que soy el peor top 10 porque no lo soy. He hecho cinco Copas de Maestros y llevo diez años entre los 10 primeros, estoy muy orgulloso de mi carrera. Soy mucho más consciente de lo que he hecho y positivo. Pero sí que es cierto que si me intenta comparar con Rafa Nadal, Novak Djokovic o Roger Federer, ¿qué le puedo decir? Pero no lo digo yo, ¿eh? Han sido mejores que yo y que muchos, más incluso que los anteriores número uno de antes. Yo he coincidido en las dos épocas del tenis y puedo decir quién ha sido mejor. Algún día les puedo ganar, claro que puedo. En Montecarlo gané a Rafa, he ganado a todos menos a Roger. Pero es verdad que ellos mantienen una regularidad que les hace únicos. Tienen una marcha de más. Tampoco me esperaba que Wawrinka diera esa paso y lo ha dado.
–Os ha enseñado el camino a muchos. ¿Qué ha de pasar para ganar un Grand Slam?
–Wawrinka ha ganado, ¿por qué no los otros? Yo y muchísima gente. Es complicado y se han de dar muchas cosas. Llegar físicamente bien a las últimas rondas, que estés con confianza, más que con el que has estado normalmente. Wawrinka está en un estado espectacular, tiene un ganador tremendo y lo ha conseguido. Djokovic, Nadal y Federer tienen más experiencia y además son mejores, aguanta muchísimo físicamente. Para ganar un Grand Slam hay que llegar mejor que ellos.
–¿Se quiere más ahora?
–Me quiero mucho más, pero mucho más. Tengo mucha más seguridad en mí mismo, en mi tenis. Antes, esa inseguridad y mis complejos me tiraban por tierra. Ahora ni mucho menos, ahora lo siento. Me enfado mucho menos, la verdad. Sí que me enfado, claro, pero me enfado por dentro. A medida que me he hecho mayor me digo: “Escucha, David, no vale todo en esta vida”. No puedo romper una raqueta, te debes a la afición, a la gente, y es importante la imagen. Te has de comportar por educación y respeto. No lo recuerdo, pero hará un año o dos que no rompo una raqueta y fue en un entrenamiento.
–¿Usted cree que se le exige más que a otros? ¿Se ha sido justo con su carrera?
–Los medios me han tratado siempre muy bien. Y es normal que me exijan más. Si llevas cuatro o cinco años estando entre los mejores, ganando torneos, con un Masters 1.000 en 2012 o con la final de Roland Garros el año pasado entiendo que se me exija. Lo entiendo. Y lo intento. Pero no me puedo exigir más porque siempre lo doy todo, siempre. Y si me piden más es porque lo he hecho bien, cuando no lo hagan será que estoy de capa caída. Cuando he tenido mala prensa es porque me lo he merecido, soy consciente.
–¿Cuánto tenis le queda?
–Me gustaría llegar a los Juegos a un buen nivel. Dos o tres años más a buen nivel me quedan. Luego se juntan muchas cosas. La vida no es sólo tenis. Yo quiero alargar hasta el máximo, pero también tengo que claro que cuando no sea competitivo o no me dé para estar entre los mejores, lo dejaré.
–¿El tenista nota cuando se acaba?
–Puede ser, pero yo no. Me noto bien, competitivo. Pero hablando con otros jugadores me dicen que se ve, que te das cuenta. Me llegará el momento y hay que aceptarlo. No voy a estar toda la vida jugando a tenis. Es más, no quiero estar toda la vida jugando a tenis. Nuestra vida es corta y hay que aprovecharla al máximo.
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