Riesgo de inundaciones
La DGT explica qué hacer si te atrapa una riada en el coche
Las lluvias torrenciales que provocan inundaciones son fenómenos habituales en ciertas épocas del año, especialmente en el arco mediterráneo
Ante las intensas precipitaciones la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda las claves para evitar tragedias en riadas imprevistas
Inundaciones enel litoral de Castellón, Valencia y Tarragona, o Baleares
Las lluvias torrenciales de las últimas horas han vuelto a poner de manifiesto el peligro de conducir bajo meteorología adversa, especialmente en zonas como el litoral de Castellón, Valencia y Tarragona, o Baleares.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) establece que el riesgo meteorológico comienza ... a partir de las lluvias fuertes, esto es, precipitaciones que descargan entre 15 y 30 mililitros por hora. Así que, en caso de lluvias fuertes, muy fuertes o torrenciales, es preciso prestar especial atención a los avisos de la AEMET, Protección Civil, DGT y las autoridades locales.
Las lluvias torrenciales que provocan inundaciones son fenómenos habituales en ciertas épocas del año, especialmente en el arco mediterráneo. En estas situaciones, Protección Civil recomienda ante todo «localizar las zonas más altas del lugar para ponerse a salvo de una crecida del agua».
Los riesgos más habituales en carretera son la presencia de balsas de agua sobre la calzada, que impiden seguir avanzando. La DGT recomienda, en este caso, dar la vuelta inmediatamente, y en autopistas o autovías, llamar al 112 y esperar el rescate en un lugar seguro. En tramos inundados con corrientes de agua, aunque a simple vista puedan parecer inofensivos, la fuerza del agua puede arrastrar un vehículo. «Es preferible dar la vuelta y buscar otro camino. Cuando no se puede, no hay que forzar», explican en la DGPCyE.
Cuando una avenida de agua invade la carretera, la primera y mejor opción es evitar cruzarla. A pesar de que la zona sea conocida, el riesgo de ser arrastrado es muy alto, ya que la corriente oculta peligros como profundidades cambiantes o arrastres de tierra y materiales del lecho, que falsean la situación que se percibe a simple vista.
Para evitar ser sorprendidos por una crecida, se recomienda mantenerse alejado y no estacionar cerca de ríos, ramblas, torrentes secos y zonas bajas de laderas. «Nadie espera una crecida de agua súbita, puede ser cuestión de minutos. Por eso son las más peligrosas» destaca la DGT.
Según señalan expertos en la revista «Tráfico» de la DGT, la creencia de que un vehículo es seguro frente a la fuerza del agua es una falsa sensación. Con una profundidad de 30-45 centímetros, un coche puede empezar a descontrolarse y, si el calado alcanza los 60 centímetros, el vehículo, independientemente de su tamaño, puede ser arrastrado por la corriente.
La DGT y especialistas en riesgos naturales coinciden en que la decisión más importante ante una riada es abandonar el vehículo. Estudios realizados en Estados Unidos demuestran que más de la mitad de las víctimas en este tipo de tragedias se ahogaron dentro de sus coches, probablemente por esa sensación de seguridad que ofrece el habitáculo. Sin embargo, una vez que el coche se detiene en medio de la corriente y comienza a deslizarse, la única solución es salir lo antes posible.
La fuerza del agua puede dificultar la apertura de las puertas. Si el agua sobrepasa la altura de los bajos y se iguala la presión, la puerta puede quedar bloqueada.
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Si el motor se ha calado, los elevalunas eléctricos pueden dejar de funcionar, impidiendo bajar las ventanillas. La recomendación es siempre llevar un objeto rígido con punta de acero, como un pequeño martillo de emergencia, que permita romper el cristal de la ventanilla para escapar. El parabrisas, al ser laminado, no se romperá, por lo que es mejor apuntar a los cristales laterales.
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