Porsche Cayenne S 2018: perfecto para todo

Su propulsor gasolina V6 biturbo de 440CV (20 más que el anterior S) garantiza unas sensaciones extraordinarias en cualquier situación: una aceleración asombrosa en carretera -pasa de 0 a 100 en tan solo 5,2 segundos, meritorio para un coche de 2.095 kilos- y potencia suficiente para superar cualquier obstáculo, con un par máximo de 550Nm.

Este propulsor se combina con una caja de cambios Tiptronic S de ocho velocidades, más suave en las transiciones que la PDK de la berlina Panamera pero ligeramente menos ágil que ésta.

Al igual que en el Panamera y que en los modelos más deportivos de la marca, el paquete opcional Sport Chrono incluye un selector que permite alternar entre los modos de conducción Normal, Sport, Sport+ o Individual. Estos actúan sobre la respuesta del motor, la transmisión, la suspensión y la dirección.

Además, un botón Sport Plus permite activar el modo homónimo, que rebaja 4 marchas y durante 20 segundos garantiza una reacción aún más agresiva del motor. Estas funcionalidades se suman a las off-road, que adecúan el vehículo para afrontar Gravilla, Arena, Barro y Rocas , respectivamente.

La mayor parte del mérito de las magníficas sensaciones del Cayenne S lo tiene el chasis. También es lo que lo diferencia de otros SUV con aspiraciones deportivas, a los que el Cayenne sobrepasa en condiciones de elevada exigencia. Fabricado en parte de aluminio, lo que lo hace muy ligero, dispone de un sistema activo de barras estabilizadoras que reduce los balanceos en las curvas. Denominado PDCC, Porsche Dynamic Chasis Control , este sistema analiza de forma centralizada la situación de conducción en tres dimensiones espaciales: los movimientos de balanceo, cabeceo y guiñada. A partir de estos, según explican desde la marca, el sistema calcula los modos de conducción óptimos y sincroniza, en tiempo real, todos los sistemas de chasis.

La suspensión puede ser de muelles helicoidales (de serie tanto en el Cayenne S como en la versión básica) o de muelles neumáticos (de serie en el Turbo, opcional en el resto). Nuestra unidad montaba este opcional, muy recomendable por la versatilidad de la que dota al vehículo gracias a su mecanismo de tres cámaras, estrenado por el Panamera. Este sistema permite ajustar la suspensión en función del modo y de la velocidad de conducción.

Además, incluye un sistema que mantiene nivelada en todo momento la carrocería, el PASM (Porsche Active Suspension Management) , que ajusta la altura en función de las necesidades de conducción. La distancia al suelo puede variar en función de cuatro niveles, hasta 83 mm, pasando de un máximo de 245 mm a un mínimo de 162 mm, en función de si requerimos capacidades todoterreno o prestaciones deportivas, al superar los 210 kilómetros por hora.

También sobresale su reducido diámetro de giro, de 11,5 metros, que facilita aparcarlo en cualquier plaza, pese a tratarse de un vehículo de casi cinco metros de longitud (4.918 mm). Esto se ha conseguido gracias a la incorporación de un eje trasero direccional (opcional), útil también para reaccionar en carretera ya que acorta la batalla del vehículo. Porsche nos ha detallado que este mecanismo permite a las ruedas traseras girar ligeramente en dirección opuesta a las delanteras hasta 80 km/h, y lo hacen hacia el mismo lado a partir de dicha velocidad. El ángulo de giro máximo del tren posterior es de 3 grados.

Cabe también resaltar que el Cayenne puede equipar neumáticos de diferente medida en el eje trasero que en el delantero. En el caso de nuestra unidad S, los delanteros pueden ser 255/55 R19, y 275/50 R19 en los traseros.

Otros detalles tecnológicos destacables, por su utilidad durante la conducción, son los faros Matrix, que adaptan la iluminación para alumbrar el recorrido del vehículo en curva y también para no deslumbrar al resto de ocupantes de la vía, la frenada automática con detección de peatones, el control de crucero con limitador de velocidad, el ParkAssist o un excelente visor nocturno, que detecta vehículos, animales o personas en condiciones de baja visibilidad.

Respecto al interior, este es confortable para cinco ocupantes , sin que el tamaño inusualmente grande del árbol de dirección reste excesivo espacio a los ocupantes de las plazas delanteras. Por descontado, la calidad percibida es excelente, con abundancia de cuero y cuyos remates están notablemente bien terminados. Los asientos, regulables de forma eléctrica, son de tipo deportivo y cuentan con asideras para cuando optemos por llevar el vehículo al extremo. El espacio en el habitáculo crece ligeramente gracias a la ganancia de 63 milímetros en la longitud, que también aprovecha el maletero, cuya capacidad crece en 100 litros. El acceso a éste es sencillo, y su capacidad enorme, gracias a la posibilidad de reclinar totalmente el respaldo de los asientos traseros o mover todo el bloque hacia adelante.

En el salpicadero resalta una gran pantalla de 12,3 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento. Otras dos pantallas, más pequeñas (7 pulgadas) pero igualmente de buen tamaño y resolución, y situadas tras el salpicadero, permiten al conductor consultar los consumos, las indicaciones del GPS o incluso el propio mapa, actualizado constantemente vía online. El resto de funcionalidades, como la altura, los modos off-road o los controles de la radio y la música -que llega al habitáculo gracias a un potente sistema firmado por Burmester-, se sitúan sobre la mencionada columna de dirección, donde la abundancia de botones (táctiles) es tal que lleva un tiempo acostumbrarse.