Volvo enfila la neutralidad de emisiones con ambiciosos objetivos para 2030

Aupado por unos resultados récord en 2023, cuando registró 708.716 matriculaciones (+15%) gracias al éxito de sus modelos electrificados, el fabricante ha decidido revisar sus metas de economía circular y se ha marcado el año 2040 como punto para convertirse en una empresa completamente neutra en emisiones.

Al finalizar la década actual, sin embargo, pretende que la producción de sus vehículos se reduzca en un 75% (en comparación con los niveles de 2018). Además, también quieren reducir el uso de energía en un 40% por vehículo y que el 99% de los residuos generados por las actividades sean reciclados o reutilizados.

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Para el director ejecutivo de Volvo Cars, Jim Rowan, «la adopción de medidas para luchar contra el cambio climático no es negociable y convertirnos en una empresa totalmente eléctrica es un importante paso en esta trayectoria en la que somos pioneros. A medida que avanzamos para seguir reduciendo las emisiones en toda la cadena de valor, tenemos la responsabilidad de hacer más».

Así, Rowan pretende que el contenido de materiales reciclados de sus vehículos alcance un 30% promedio en la flota, con un mínimo de un 35% en los nuevos modelos. Además, el consumo de agua también está bajo el foco, y pretenden reducirlo a la mitad de cara a 2030.

Hoy, un 25% del aluminio del Volvo EX30 procede de fuentes recicladas, así como un 17% de su acero y su plástico. El año pasado, las ventas de modelos eléctricos supusieron el 16% del total, con 113.419 unidades, un 70% más.

Según un comunicado de la compañía, su «máxima prioridad sigue siendo la reducción de las emisiones reales antes de recurrir a la absorción carbono» y animan a sus proveedores a hacer lo mismo.