Audi muestra en Bruselas que las fábricas pueden ser neutras en emisiones

El camino para llegar hasta aquí es el mismo de la historia moderna de la automoción. En la época en la que la factoría estuvo bajo el mando de la familia D'leteren (1949-1970) salieron de su línea de producción 750.637 coches. El relevo en la propiedad de la compañía lo cogía el Grupo Volkswagen en 1970 y bajo su liderazgo se ensamblaron 5.980.281 vehículos hasta 2006. A partir de 2007 la fábrica está gestionada por Audi, y en este tiempo llevan más de 1,3 millones construidos.

Durante estos 75 años se han ensamblado ocho millones de vehículos, de los que 200.000 son eléctricos. En este tiempo han sido 25 los modelos que han salido de las líneas de montaje de la factoría de Bruselas. La planta ha crecido. La de hoy es 40 veces más grande que la que arrancó la producción en 1949 y ocupa 37.000 metros cuadrados. Sin embargo, la posibilidad de crecimiento está limitada porque está en pleno entorno urbano, encajonada entre las vías del tren y la ciudad –a tan solo 6 kilómetros de la Grand Place de Bruselas–.

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Hoy en día solo se produce un modelo eléctrico, el Q8 e-tron, pero el próximo año confían en arrancar la fabricación del Audi Q4 e-tron. Para ello la factoría ha tenido que someterse desde 2018 a una adaptación importante que ha pasado en gran medida en inversiones y formación específica para los empleados. Hay que recordar que en Bruselas se producía el A-1, un modelo de cuatro metros de largo, y el Q8 roza los cinco. Además de pasar de un motor de combustión a un modelo 100% eléctrico.

Los 3.000 empleados se han sometido a un intenso trabajo de reciclaje. Un millón de horas de cualificación para adaptarse a las peculiaridades de un modelo eléctrico como es el Q8 e-tron. Lo que se ha hecho es reajustar al personal para el trabajo de ensamblaje de baterías. Muchos de los trabajadores que se han instalado en esta línea vienen de la zona de pintura, donde se ha simplificado la gama cromática.

El primer Audi Q8 e-tron salió de la línea de producción de Audi Bruselas en 2018 y marcó el comienzo de una era. Era también el arranque de la primera instalación de producción de gran volumen certificada como neutra en carbono en el segmento premium de la automoción mundial. La planta compensa todas las emisiones generadas en la fabricación y otras áreas de la empresa sobre el terreno. Lo hace principalmente comprando y generando energía renovable, pero también a través de proyectos medioambientales. Además, es la primera planta del Grupo Audi que produce baterías.

La planta ha sido un modelo a seguir para la producción sostenible desde que comenzó el ensamblaje del Audi e-tron. El Q8 e-tron llega a los clientes de Europa y Estados Unidos como un automóvil con certificación de neutralidad neta de carbono.

La empresa tiene previsto que a partir de 2025, con la aplicación del programa medioambiental 'Mission:Zero', la producción en todas las plantas de Audi sea neutra en carbono. Este programa, que se implantó en Bruselas de forma pionera, pasa por la instalación de paneles fotovoltaicos más grande de la región belga, con una superficie de 107.000 metros cuadrados. El sistema genera alrededor de 9.000 megavatios hora de electricidad a partir de energía sostenible cada año. Esto es suficiente para cargar unos 90.000 Audi Q8 e-tron y reducir las emisiones de carbono en 1.881 toneladas de CO2.

Pero el objetivo cero emisiones no se acaba en los consumos en la fábrica. Se extiende también a la logística para el transporte de materiales. La empresa que suministra las celdas de batería en Hungría las traslada de forma ecológica hasta Bruselas. Cubre los casi 1.300 kilómetros de distancia con un ferrocarril que utiliza combustible verde, lo que reduce las emisiones de carbono en unas 2.600 toneladas de CO2 al año.

La estrategia de descarbonización de la factoría de Audi en Bruselas se sustenta en cinco pilares: eficiencia de los recursos, diversidad, economizar el uso de energía y cuidar el agua.

La eficiencia de los recursos es minimizar desechos a través del departamento de logística. Se intenta evitar el uso de embalajes contaminantes y ahora solo se utilizan cajas de cartón en lugar del plástico. Además de implantar la reutilización de materiales. La protección de la biodiversidad del entorno de la fábrica ha tenido a las abejas como sus principales aliadas. Se las ha seguido para comprobar su calidad de vida, lo que se ha traducido en la plantación de más flores y aumentar la superficie verde.

El uso de las energías verdes se ha convertido en un mantra. La factoría solo utiliza electricidad proveniente de los 107.000 metros cuadrados de paneles solares, que cubren el 15% de necesidades energéticas, y la compra del resto a fuentes sostenibles como los molinos de energía eólica, con lo que consiguen otro 35%. El 50% restante de sus necesidades se cubren a través de electricidad generada con biocombustibles.

El agua que utilizan se ha reducido a la mitad en los últimos ocho años. La idea es tratar el agua y reutilizarla, un proceso que estará terminado a finales de año. Para compensar las pérdidas de agua se ha instalado un sistema de recogida de lluvia.

Pero en Bruselas, más allá del compromiso con la sostenibilidad también se ha puesto en marcha un proyecto social y Audi financia la start-up germano-india Nunam (en sánscrito «para el futuro») que trabaja en dar una segunda vida a las baterías con las que se han fabricado tres 'rickshaws' eléctricos que se han llevado a las carreteras de la India. El proyecto tiene como objetivo fortalecer las oportunidades laborales para las mujeres y se les ha ofrecido estos 'rickshaws'.

El Q8 e-tron comenzó a producirse en 2018, desde entonces se han fabricado 200.000 vehículos eléctricos en Bruselas

Se han instalado en el techo de la factoría 107.000 metros cuadrados de paneles solares, que generan alrededor de 9.000 megavatios hora de energía.

Audi tiene previsto que a partir de 2025, la producción en todas sus fábricas sean neutra en carbono como parte del programa medioambiental Mission:Zero