Toyota Proace City Verso: a examen este «samurai con acento gallego»

Para la factoría viguesa ha supuesto todo un reto cumplir con las exigencias de una de las marcas que más se asocia al concepto de calidad de producto, de modo que el que este Toyota se produzca en la misma planta que los modelos de Citroën Berlingo, Opel Combo y Peugeot Rifter/Partner dice mucho y bueno sobre sus hermanos y rivales a la vez.

A lo largo de esta semana de pruebas, el Toyota Proace City Verso con el motor 1.5 diésel de 130 CV y cambio automático de 8 marchas ha dejado claro que no tiene por qué tener complejos frente a SUV o turismos de categoría similar.

Es más práctico y más espacioso que ellos, tan confortable como ellos y con unos consumos equiparables. Sólo las modas y los prejuicios justifican que no nos decantemos más por este tipo de modelos mixtos.

Frente a sus rivales principales, decidirse por el Toyota o sus hermanastros de Citroën, Opel o Peugeot depende más de nuestros gustos o de la calidad de la red comercial en nuestra zona que de cualidades o calidades objetivas .

Salvo detalles de diseño, en realidad se trata exactamente de los mismos vehículos, fabricados por las mismas manos, con las mismas herramientas y la misma materia prima.

El Toyota Proace City Verso se distingue poco de sus hermanastros, con los que comparte casi todos los elementos de la carrocería. Donde más diferencias veremos es en el frontal, con un parachoques delantero, faros, parrilla y, lógicamente, emblemas exclusivos de su marca.

También hay diferencias en el lateral, que cuenta con unas llantas específicas del modelo de Toyota . Por lo demás, es exactamente el mismo coche que sus otros tres hermanastros. Junto con el Citroën Berlingo, puede que el Toyota Proace City es el que tenga un diseño más llamativo y alegre.

En cuanto a la calidad de fabricación, nada nuevo tampoco. Sus puertas laterales correderas son muy prácticas , los ajustes son buenos y sólo me ha rechinado un poco la diferencia de tonalidad en la pintura del paragolpes delantero, que se puede apreciar en las fotos de la galería.

Otro detalle de su diseño está en el portón trasero. Es enorme y deja un acceso sensacional al maletero, pero lo llamativo está en que la luneta trasera se puede abrir de manera independiente del resto del portón , lo que facilita bastante el meter y sacar bultos pequeños, sobre todo cuando aparcamos contra una pared, porque el portón es tan grande que necesitaremos dejarlo bastante alejado de ésta para abrir el portón completo.

Si en el exterior las diferencias son mínimas, al abrir las puertas sólo el logo en el volante nos da una pista de que no nos estamos subiendo en un Berlingo de Citroën sino en un Toyota. El resto es idéntico al interior del modelo francés , incluida la consola central que, junto con el techo panorámico, me parecen los elementos peor resueltos de este coche.

El Proace City tiene una gran anchura para dejar espacio en la parte trasera a un europalet . Esto hace que también pueda presumir de poder llevar tres sillas infantiles en las plazas traseras porque el ancho da de sobra. Sin embargo, la consola central hace que los pasajeros viajen con las piernas constantemente rozando contra ella y con más estrecheces de lo deseable. Lo peor es que el hueco interior no es tan grande como su enorme volumen podría hacernos creer.

En cuanto al techo panorámico, tiene un plafón interior de plástico que sólo sirve para recoger polvo y moscas muertas en él, podrían ahorrárselo.

La postura de conducción es cómoda , aunque el espacio es tan amplio que algunos mandos quedan lejos y para, por ejemplo, regular el retrovisor, tendremos que apartar la espalda del asiento.

Las plazas traseras son más espaciosas que en los SUV y monovolúmenes, lo mismo que el maletero, que es gigantesco o directamente una caverna si abatimos los respaldos traseros.

En cuanto al equipamiento, este acabado dispone de un buen nivel de sistemas de asistencia a la conducción como el asistente de mantenimiento en el carril, la alerta de colisión con frenado de emergencia, el asistente de aparcamiento con cámara de marcha atrás, etc.

El sistema de infoentretenimiento es bastante completo y dispone de Apple Car Play y Android Auto , con varias tomas USB distribuidas por el coche. Por cierto, tal vez la única ventaja de la consola central tan grande es que gracias a ella tenemos salidas de aireación en las plazas traseras y tomas de corriente en ellas.

Climatizador de doble zona, control de crucero automático, limitador de velocidad, head up display, llave con manos libres... no está nada mal en cuanto a equipamiento, a la altura de un SUV o un compacto equivalente, pero mucho más práctico que ellos.

El motor del Proace City también es obra del consorcio francés y es la mejor alternativa para este tipo de vehículos que suelen ir cargados y con una mala aerodinámica, pese a los cuales, el 1.5 BlueHDi arroja unos buenos consumos .

Esta unidad cuenta con la mecánica de 130 CV diésel y el cambio automático EAT8 de 8 marchas , sin duda uno de los artífices de sus buenos consumos en autopista, al viajar a los máximos legales con el motor apenas a 2.000 rpm.

Los 130 CV mueven con suficiente alegría al Proace City Verso, con solvencia para superar los puertos de montaña y también para realizar adelantamientos seguros.

La caja de cambios es agradable de utilizar y facilita mucho las cosas en el día a día, quitándonos mucho estrés en la conducción.

En cuanto al gasto de combustible, l os consumos reales durante la prueba de este Toyota Proace City Verso han sido:

Ciudad: 6 l/100 km.

Carretera: 4,4 l/100 km.

Autopista: 5,8 k/1oo km.

Son cifras muy buenas y que, junto con los 50 litros de capacidad del depósito de combustible, permiten que el Toyota Proace City Verso tenga una autonomía alrededor de los 700 km.

Cada vez que pruebo uno de estos coches derivados de modelos comerciales me sorprendo muy gratamente con su conducción, que en muchos casos es mucho más agradable incluso que en los SUV equivalentes , como me sucedió con el Fiat Dobló, sorprendentemente ágil.

En el caso de este Toyota, sorprende que en ciudad se mueva con tanta soltura pese a su anchura. El truco está en que su dirección gira mucho y su radio de giro es muy compacto. Las suspensiones son confortables y la visibilidad es buena , aunque por la noche se echa de menos el poder disponer de faros led o xenón.

En carreteras secundarias es más ágil de lo que sus formas puedan sugerir, su conducción es muy fácil y es un coche agradable en el que viajar, con una baja rumorosidad interior y una generosa amplitud.

A la hora de viajar por autopista, en curva rápida transmite confianza, aunque me gustó más el comportamiento del Fiat Dobló . Su «kryptonita» es el viento lateral. El Proace City ofrece una gran superficie lateral que lo convierte en una vela cuando Eolo sopla con fuerza.

En definitiva, el Toyota Proace City es un coche mucho más utilizable y más agradable para el día a día de lo que los prejuicios puedan hacernos pensar y, a cambio, tenemos un vehículo muy práctico y versátil.